El agente del Cuerpo Nacional de Policía agredido por un maltratador a finales de diciembre en un hotel de Alcorcón (Madrid) no podrá incorporarse a su trabajo en la comisaría de Centro de Valencia hasta que los médicos valoren el alcance de las lesiones. De hecho, el policía, que ayer declinó realizar declaraciones a Levante-EMV porque "no quiere protagonismo", según el secretario regional de su sindicato, la Unión Federal de Policía (UFP), debe someterse en breve a una prueba diagnóstica para que los médicos decidan si deben intervenirlo o no.

La lesión más grave sufrida por el policía, que tiene 34 años y está adscrito a Seguridad Ciudadana, es una fractura orbital como consecuencia del primero puñetazo que le propinó el presunto maltratador, y que le hizo perder el conocimiento.

De hecho, el supuesto agresor, un madrileño de 32 años que tiene fijada su residencia en Palma de Mallorca, continuó propinándole patadas cuando el agente, que lleva cinco años en la policía nacional, estaba en el suelo, inerme.

El agente, quien afirma que no se arrepiente y que volvería a hacerlo, "porque es mi deber como policía, pero ante todo, como ciudadano", continúa de baja, tal como publicó ayer este diario y, de momento, no tiene fecha prevista para su reincorporación al trabajo, ya que dependerá de la evolución de la fractura y, sobre todo, de si los médicos deciden finalmente que debe pasar por el quirófano.