"Puta no te presentes el martes al juzgado o moriréis, cuidado con tus hijas caerán ellas también". Esta es la nota que encontró Leonor en la escalera de su domicilio el pasado domingo, apenas dos días antes de celebrarse el juicio contra su expareja y padre de dos de sus hijos por la agresión ocurrida el 1 de enero. Ese día Juan Bautista G. C. presuntamente intentó estrangularla con unos leotardos después de propinarle una paliza, según el escrito del Ministerio Fiscal, que solicita para el acusado una pena de tres años de cárcel por los delitos de malos tratos en el ámbito familiar, amenazas y quebrantamiento de condena.

"Eso no lo he hecho ni lo haré nunca. Ella no puede tener ni un sólo rasguño, como no sea que se los haya hecho ella", alegó en su defensa el acusado durante el juicio celebrado en el Juzgado de Lo Penal número 1 de Valencia. Así, respecto al quebrantamiento de la orden de alejamiento el procesado manifestó: "Ella estaba conmigo, no yo con ella".

No obstante, la víctima volvió a relatar ante el juez el pánico vivido el pasado 1 de enero cuando su pareja comenzó a agredirla cuando se disponía a llevarse a sus hijas a casa de su abuela, como informó en su día Levante-EMV. "Me cogió de los pelos y me entró a rastras en la casa mientras me pegaba golpes en la espalda", recordaba, entrecortada por el miedo, la mujer. Todo ello delante de las dos hijas de la pareja, de cuatro y dos años.

Leonor reconoce que en un primer momento no supo con qué la estaba intentando asfixiar el acusado. "Mi hija de cuatro años me dijo luego con los leotardos en la mano que con eso me quería ahogar papá", añadió entre lágrimas la víctima.

Sobre los motivos por los que todavía compartían casa pese a la orden de alejamiento, la mujer alegó que "no tenía medios económicos para irme". La relación había empeorado en los últimos meses, cuando el acusado la amenazó diciéndole que no iba a llegar a Navidades y que iba a ser la próxima en salir en las noticias por violencia de género, según refleja el escrito de la Fiscalía. La fiscal mantuvo la petición de tres años de prisión para el acusado después de escuchar a los testigos y apuntó que determinadas "expresiones vejatorias hacia la víctima utilizadas en el juicio y su actitud demuestran que sí que cometió los hechos".