La Audiencia de Valencia juzgó ayer a un hombre de 81 años acusado de golpear con un cenicero en la cabeza al cliente de un bar, en el transcurso de una discusión, cuando ambos se hallaban en el local viendo un partido de fútbol televisado. La fiscal solicita para el anciano una pena de tres años de prisión por un delito de lesiones, así como que indemnice con 3.050 euros a la víctima en concepto de los daños y secuelas sufridos.

En el juicio, el procesado aseguró que no cometió la agresión y que, a su edad, "jamás" se ha peleado y "menos por el fútbol". No obstante, diferentes testigos han declarado haberle visto golpear a la víctima con un cenicero de cristal macizo y tratar de lanzarle "otro más" cuando los demás clientes estaban frenando la pelea.

Los hechos se remontan al 14 de abril de 2010, cuando José T.S., de 81 años, se encontraba en un bar del barrio de Torrefiel de Valencia viendo el partido que enfrentaba al Barcelona y al Deportivo de la Coruña en la 32 jornada de Liga de fútbol de Primera División.

Según el escrito fiscal, en un momento dado comenzó una discusión entre el octogenario y otro cliente del local, que terminó cuando el primero golpeó al segundo con un cenicero de cristal en la cabeza, que se rompió. Debido a la agresión, Enrique G.R., de 58 años, sufrió una herida sangrante en la cabeza y varias contusiones en la mano y rodilla izquierdas. Por otro lado, éste agredió a su vez al anciano, al que causó contusiones, escoriaciones y hematomas de las que se recuperó en una semana, por lo que el fiscal le reclama una multa de 720 euros, así como que indemnice al jubilado en la cantidad de 210 euros.

En la vista de ayer, Enrique relató que se hallaba en el bar "viendo el partido" con unos conocidos y "celebrando los goles" de su equipo, el Barça, que ganó por tres goles a cero. Según explicó, cuando pasó por delante del anciano para ir al aseo, y sin mediar discusión previa alguna, éste le llamó "payaso", amenazó de muerte y dio un "cenicerazo" en la cabeza. El octogenario, que se ha confesado "seguidor, en todo caso, del Valencia", insistió en que le molestaba la "histeria" con la que el otro celebraba los goles.