La Audiencia de Valencia ha impuesto un año y medio de prisión a un funcionario de la cárcel de Picassent por golpear a un preso que perdió un testículo. El trabajador deberá indemnizar a la víctima con 31.050 euros y ha sido suspendido de empleo durante el tiempo que dure la condena. El fallo ha declarado como responsable civil subsidiario a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias para garantizar que el recluso percibirá la indemnización.

Los hechos, según recoge la sentencia, ocurrieron el 5 de septiembre de 2005 en el módulo 25 de Picassent. El acusado vio que la víctima practicaba boxeo en el gimnasio con otro recluso y le propuso "un juego de marcaje de golpes sin impacto real y con guantes. Dicho juego transcurrió sin incidencias hasta que en un momento dado, sin cruzar palabra alguna, el acusado le propinó un rodillazo al interno en los testículos". La víctima sufrió la rotura del testículo derecho y los médicos se lo tuvieron que extirpar dos días después.

El acusado sostuvo en el juicio que pactó el juego con el recluso "en muestra de buena camaradería" y negó haber golpeado al preso. Sin embargo, el denuncian?te explicó que el funcionario se irritó porque le esquivó todas las marcas. "Me cogió y me metió un rodillazo. Yo caí al suelo y él estaba eufórico", lamentó el preso.

El propio acusado acompañó a la víctima a la enfermería y, según el preso, le dijo que se sentía mal por lo ocurrido y le pidió que no dijera a nadie que había sido él quien le había golpeado. Según el interno, el funcionario le sugirió que comentase que había sido un compañero. Ante el temor a represalias así lo hizo. Con el tiempo, y tras explicar lo sucedido a su madre, el preso decidió interponer la denuncia.