Su marido le tiraba la comida al suelo, en ocasiones no la dejaba salir de casa, le escupía mientras limpiaba y le profería todo tipo de insultos. Así era la vida de Inmaculada González en Utiel hasta que un día, el 7 de septiembre de 2009, harta de todo ello, decidió acabar con la relación y su pareja, guardia civil de profesión, le vació el cargador de su pistola. Así se desprende de los testimonios de los amigos y familiares de la víctima, quienes declararon en el juicio al que se enfrenta el acusado por los delitos de malos tratos habituales, amenazas graves y detención ilegal. La Fiscalía solicita para el presunto maltratador la pena de ocho años y seis meses de prisión por estos hechos.

El pasado miércoles se celebró una nueva sesión de dicho juicio en un Juzgado de Lo Penal de Valencia. En sesiones anteriores el acusado negó que insultara y maltratara a su mujer e incluso insistió en que "la quería mucho" y que "se desvivía por ella". Versión que dista mucho de la del resto de testigos y de los hechos relatados por la Fiscalía en su escrito. Aunque la víctima nunca llegó a denunciar a su marido por malos tratos, tras su muerte el Ministerio Fiscal actuó de oficio después de recibir informes de conocidos del matrimonio que reflejaban el maltrato físico y psíquico al que presuntamente sometía el acusado a su esposa.

Aunque se trata de testigos de referencia, éstos permiten hacerse una idea de la pesadilla que vivió durante años esta víctima de la violencia machista. Varios de estos testigos coincidieron en asegurar que Inmaculada les había confesado que tenía miedo de su marido.

Su amiga Yolanda o su tía María Luisa eran algunas de sus confidentes. Esta última relató el terror que vivía Inma y cómo en una de las palizas su marido le arrancó un mechón del cabello.

Los padres de la fallecida también recordaron cómo en otra ocasión su hija les llamó atemorizada porque su marido la había encerrado con llave en casa y no podía salir del domicilio. Esta práctica era, al parecer, algo habitual en su matrimonio, ya que , según la fiscalía el acusado solía prohibir a su esposa salir después de dejarle que se arreglara, para refrendar todavía más su machismo.

Además, en el verano del 2008 el acusado supuestamente amenazó de muerte a Inmaculada cuando ésta le planteó el divorcio. "Si me dejas, te mato, yo voy a la cárcel y a los cuatro días salgo, pero tú te vas al cementerio y no sales jamás", le dijo según lo que manifestó la víctima a un abogado con el que contactó para iniciar los trámites de la separación y que también ha declarado como testigo.

Por todos estos hechos la fiscalía solicita para el acusado la pena de tres años de prisión por el delito de maltrato habitual, dos años más por el de amenazas graves y tres años y seis meses por el de detención ilegal, aunque podría modificar sus conclusiones. Además, el procesado tiene pendiente de juicio el asesinato, delito por el que podría enfrentarse a 19 años de cárcel, según la petición del fiscal.