Un hombre que vivía con su novia en Paterna ha acabado detenido por simular, con la complicidad de ella, su secuestro para conseguir que su padre le enviase 5.000 euros tras hacerle creer que ése era el rescate que pedían por su liberación.

La denuncia llegó a manos del grupo de Crimen Organizado de la Udyco de Valencia por dos vías simultáneas el pasado 9 de abril, lunes de Pascua. Por un lado, el tío del supuesto secuestrado acudió a denunciar en una comisaría de Valencia y por otro, el enlace de la Embajada alemana en España informó de la denuncia presentada por el padre en Berlín, donde reside.

El hombre dijo que alguien que hablaba en turco -nacionalidad del padre y del hijo- le acababa de llamar para decirle que tenía retenido a su hijo y que debía pagarle 3.000 euros por su liberación. Agregó que, si no lo hacía o llamaba a la policía, mataría al rehén, de quien dijo que tenía una herida en el pecho, pese a lo cual lo mantenía encadenado en un sótano, afirmó el captor.

Tenía una orden de alejamiento

Tres días más tarde, el hombre recibió una nueva llamada, aunque en esta ocasión el interlocutor era su propio hijo. El joven, de 24 años, se limitó a decirle que los secuestradores querían ahora una transferencia urgente de 5.000 euros. Luego, se cortó en seco la comunicación.

Para entonces, ya se habían puesto en marcha los agentes de la Udyco de Valencia y del grupo de secuestros de la UDEV central, como estipula el protocolo en caso de casos con rehenes. Aunque en un primer momento había circunstancias personales del "secuestrado" que hacían pensar en la veracidad de los hechos, a lo largo de esas 72 horas comenzaron a aflorar las primeras dudas y algunos puntos oscuros, como, por ejemplo, que la "víctima" tenía una orden de alejamiento en vigor que le impedía acercarse a su expareja, una vecina de Paterna de 36 años, a raíz de una denuncia por maltrato.

El día 12, cuando los policías ya tenían bajo vigilancia a la exnovia, vieron a ésta saliendo del portal de la finca donde reside. La mujer mantenía una sospechosa actitud vigilante. De hecho, observó con atención calle arriba y calle abajo, volvió a entrar en el patio y sólo entonces se atrevió a salir. Luego, se introdujo en su coche y esperó. Poco después salía el "secuestrado" a hurtadillas del mismo portal y se metía en el coche con ella.

Fue entonces cuando los agentes se identificaron como tales y los detuvieron por simulación de delito y extorsión. A él, además, se le sumó un delito de quebrantamiento de condena por estar junto a ella.