La Policía Nacional busca intensamente desde la madrugada de ayer el cuerpo sin vida de un niño de 3 años, de origen boliviano, que dos amigas de su madre habrían arrojado a un contenedor de basura de Valencia después de que el pequeño se les muriera accidentalmente de un golpe en la cabeza mientras estaba a su cargo. La Policía Científica y varios perros adiestrados en la búsqueda de restos humanos, llegados desde Madrid, rastrearon desde primera hora de la madrugada de ayer el vertedero de Fervasa, en Quart de Poblet, y el de Dos Aguas, aunque, de momento, no han encontrado al pequeño.

Según fuentes de toda solvencia consultadas por Levante-EMV, la madre del pequeño, que se encuentra en situación irregular en España, encontró, después de meses sin ingresos, un trabajo en Barcelona. Ante la imposibilidad de llevarse al niño con ella, ya que habría tenido que dejarlo solo en casa, la mujer optó por pedirle a dos amigas suyas que se hicieran cargo de él en su ausencia.

La madre llamaba a diario a su hijo y hablaba con él. El lunes, sin embargo, no pudo establecer contacto con el pequeño. Cuando el martes se repitió el hecho y las dos amigas intentaban darle largas para evitar hablase con el menor, le dijeron que un hombre lo había secuestrado en el parque del Oeste. La madre viajó de inmediato a Valencia y, tras buscarlo desesperadamente, acudió a una comisaría de policía y denunció la desaparición. Eso sucedía el miércoles. La mujer explicó a la policía lo que las dos cuidadoras le habían hecho creer: que un hombre que se había identificado como policía se había llevado al niño con él.

El caso fue calificado de alto riesgo y fue a parar a manos de la brigada de Policía Judicial. El primer paso, tras escuchar a la madre, fue, como es obvio, tomarles declaración a las dos mujeres que lo cuidaban. Su versión empezó a hacer aguas desde el primer momento y a medida que pasaban las horas, crecía la sospecha de que el niño había fallecido. Finalmente, una de las dos mujeres acabaría confesando que, en realidad, el niño se les había muerto accidentalmente y que, asustadas por su situación irregular en España y por la reacción de la madre del pequeño, habían decidido deshacerse de él arrojando el cadáver a la basura.

Una búsqueda laboriosa

Según las dos detenidas, el pequeño habría fallecido el lunes y esa misma noche se habrían deshecho del cadáver, aunque las distintas versiones que han ido facilitando, ha ido obligando a la policía a variar los lugares de búsqueda del niño.

Tras ponerse en contacto con el servicio de recogida de basuras, la policía supo que los contenedores del área donde supuestamente fue arrojado el niño eran llevados a la planta de tratamiento de residuos sólidos de Quart de Poblet, por lo que el rastreo comenzó en ese lugar a primera hora de la mañana, después de alertar a las tres de la madrugada a los responsables del vertedero para que detuviesen de inmediato las labores.

Poco después, la búsqueda se extendió al vertedero de Dos Aguas, donde los agentes, como había sucedido primero en la planta de Fervasa, ordenaron a los operarios del recinto que fuesen desmontando lentamente las pacas de basura para diseminarlas en un terreno llano. En todo momento, los policías contaron con la colaboración de los perros adiestrados, que iban repasando cada montón de residuos que la policía removía.