Las dos cuidadoras de Johan David, el niño de tres años cuyo cadáver la policía seguirá buscando hoy, por cuarto día consecutivo, en el vertedero de basura de Dos Aguas, han ingresado en prisión acusadas de los delitos de homicidio doloso, maltrato y simulación de delito. La juez del juzgado de Instrucción número 17 de Valencia les tomó declaración en la tarde y noche del sábado durante al menos cuatro horas. La magistrada, ya a medianoche, ordenó su ingreso en prisión.

Las dos mujeres, Pura Ángela Medina Soria, de 27 años, y Vanessa Ribera Vélez, de 33 años, ambas de nacionalidad boliviana, mantuvieron ante la juez que el pequeño murió al caer en la ducha y darse un golpe en la cabeza. Insistieron también en que, dado que una de ellas está en situación irregular en España, decidieron deshacerse del cadáver arrojándolo a un contenedor de basura.

Ese propósito de ocultar los hechos y hacer desaparecer el cuerpo es el que ha llevado a la juez a acusarlas de homicidio doloso. Mientras, la imputación por simulación de delito responde a que, en un primer momento, las mujeres afirmaron que dos hombres que se hicieron pasar por policías habían secuestrado a Johan David. La madre del pequeño, Lohammy, que también es boliviana, llegó a colocar por el barrio de Patraix de Valencia junto a estas dos mujeres, a cuyo cargo dejó al menor durante 5 meses, carteles de búsqueda. Lohammy regresó a Valencia desde Francia, donde trabajaba, lo más rápido que pudo cuando las dos cuidadoras, amigas suyas de la infancia, le contaron la patraña del secuestro.

El cadáver, en el tercer día de rastreo en el vertedero de Dos Aguas, seguía sin aparecer. Las labores se reanudaron a las 9 de la mañana. Los agentes de la Policía Científica examinaron los packcs (cada uno pesa una tonelada o tonelada y media) de la basura recogida en Valencia la noche y madrugada del martes. Ese fue el día en el que, supuestamente, las dos acusadas arrojaron el cuerpo sin vida de Johan David a un contenedor.

De ahí que los residuos se revisara minuciosamente. Incluso se prescindió ya de los perros adiestrados para encontrar cadáveres. La tarea, que se hizo a mano, era lenta y muy desagradable, ya que el calor hacía todavía más penosa la búsqueda entre los desechos. Pero los agentes siguieron sin encontrar el cuerpo. "Todos la familia estamos arropando a la madre mientras esperamos a ver qué pasa", indicó ayer a este diario una familiar de Lohammy. La búsqueda, que se reanudará hoy a primera hora, se hace eterna.

Alrededor de las 12 de la mañana, los bomberos y voluntarios de Protección Civil que habían participado en el dispositivo se retiraron. La Policía Científica suspendió anoche el rastreo tras examinar otras 45 toneladas de residuos, mientras que en los dos días anteriores había revisado otras 200 Tm. Al pequeño Johan David se lo ha tragado la tierra.

La madre afirma que nunca sospechó que sus dos amigas maltrataran a su hijo

Lohammy, la joven madre de Johan David, está destrozada. Cada nueva revelación es más inquietante. A media tarde de ayer, este diario contactó vía telefónica con ella que, con voz entrecortada, dijo que todavía esperaba alguna noticia del paradero de su pequeño. Regresó desde Francia a Valencia pensando que habían secuestrado a su hijo. Luego descubrió que todo era un engaño y que sus amigas, a quien confió el cuidado de Johan David, presuntamente habían arrojado su cadáver a un contenedor de basura. Ayer, de nuevo, otra desgraciada sorpresa. A preguntas de este diario, admitió estar sorprendida de la acusación de maltrato a las dos cuidadoras. "Nada, nada", respondió cuando se le preguntó sobre si el niño, con el que hablaba todos los días por teléfono, le había hecho sospechar que sufriera malos tratos. Lohammy y su familia viven con dolor e incertidumbre la búsqueda, hasta ahora sin resultado, del cadáver del pequeño.

El sábado ya indicó en exclusiva a Levante-EMV que, mientras no apareciera el cuerpo, mantenía la esperanza de que Johan David pudiera seguir con vida. Junto a sus familiares, expresó en voz alta la sospecha de que las que creía sus amigas y en las que confiaba pues conocía desde la infancia, podían haber vendido al niño. La joven madre tenía previsto llevarse con ella a Francia este mismo sábado a su hijo. El sueño de reunirse con él, tras 5 meses separados, se ha hecho añicos.