Con cama y silla caliente, cobrando una miseria, trabajando día y noche y comiendo ante la máquina de coser. De este modo tenían esclavizados dos hombres de nacionalidad china, ya detenidos, a ocho compatriotas suyos que fueron liberados por la Policía Nacional y funcionarios de la Inspección de Trabajo y cuya misión era fabricar ilegalmente uniformes escolares a destajo.

El taller clandestino, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Valencia, fue desmantelado hace unos días y es fruto de una investigación desarrollada por la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif) de Valencia.

Una denuncia puso en alerta a la policía el pasado mes de febrero, ante la sospecha de que una antigua nave industrial de Manises estaba siendo utilizado por dos hombres chinos como un taller clandestino donde fabricaban ropa ilegalmente.

Las vigilancias a las que los policías sometieron la nave bajo sospecha permitieron comprobar que había, en determinados momentos del día, un auténtico trasiego de personas que entraban y salían del almacén.

Además, se escuchaba el sonido de maquinaria industrial trabajando sin cesar, tanto de día como de noche, lo que acabó por confirmar que se trataba de una fábrica ilegal de prendas textiles.

Hace unos días, finalmente, los investigadores de la policía y los funcionarios de la Inspección de Trabajo de Valencia acudieron a la nave y comprobaron lo que sucedía.

Dentro, en ese momento, había ocho mujeres y hombres de origen chino que trabajaban sin cesar en la confección de uniformes escolares. Los trabajadores, cuatro de ellos en situación completamente irregular, estaban hacinados y vivían en condiciones infrahumanas y de absoluta insalubridad.

Los policías, mientras los inspectores levantaban acta, detuvieron a los dos responsables en ese momento del taller, dos hombres de 35 y 46 años.