Tres encapuchados atracaron ayer por la mañana la sucursal del Banco de Valencia en la localidad de Càrcer, en la comarca de la Ribera Alta, huyendo después tras amenazar con una arma blanca de grandes dimensiones al encargado de la caja para que les acompañase hasta la salida de la oficina. Es el cuarto atraco violento que sufre la Ribera -uno de ellos, el ocurrido en Alzira, causó la muerte de la víctima- en el plazo de apenas diez días, lo que ha disparado las alarmas

El robo se produjo a las nueve en punto de la mañana, cuando se encontraban en la oficina el director, un trabajador y varios clientes. Dos de los tres protagonistas del robo -jóvenes, según confirmaron los testigos y las fuentes policiales consultadas- entraron en la sucursal minutos después de que se produjese la apertura, ataviados con gorras y con los rostros tapados con sendos pasamontañas.

El tercer presunto atracador esperaba en la calle para garantizar la huida. De hecho, les esperaba al volante de un Opel Astra robado el domingo en l'Alcúdia. Los dos autores materiales del asalto llevaban consigo un machete de grandes dimensiones que les sirvió para atemorizar a los presentes y hacerse con un botín de entre 5.000 y 6.000 euros.

Para asegurarse la huida amenazaron al encargado de la caja y le obligaron a que les acompañase hasta la puerta, tomándolo como rehén ante la hipotética presencia de la policía en la puerta. Ese hecho hizo que se vivieran momentos de pánico entre los clientes.

Los ladrones abandonaron el Opel Astra en la zona de les Malvines, dentro del término municipal de Càrcer, lugar en el que al parecer cambiaron de coche para continuar la fuga.

Al cierre de esta edición, los delincuentes continuaban en paradero desconocido. Las primeras investigaciones, llevadas a cabo de forma conjunta entre los agentes de la Guardia Civil del puesto de Càrcer y los que integran el equipo de Policía Judicial de Canals, apuntan a que el atraco no tiene relación alguna con los asaltos de las últimas semanas en la comarca, con dos robos en un supermercado de Algemesí y un atraco en Alzira que costó la vida al propietario de la pizzería "Speed" tras recibir un disparo que le destrozó el hígado.

La alcaldesa de Càrcer, Marta Hernandis, señaló ayer que afortunadamente no había que lamentar daños personales pero, a pesar de ello, quiso hacer un llamamiento a las fuerzas de seguridad del Estado para que intensifiquen la vigilancia en la zona.