La escuela con sede en Valencia que ofrecía servicios fraudulentos con los que obtener los distintos títulos de navegación contaba con una carta de precios. Para los clientes que optaban por la transmisión de las respuestas mediante pinganillo la organización pedía entre 2.500 y 3.000 euros. Era la tarifa más económica. La otra posibilidad era la de la suplantación en el examen, con servicio de falsificación del DNI, por la cual se pagaban entre 5.000 y 6.000 euros. Estos precios correspondían al título más básico, el de patrón de embarcación de recreo (PER). Si se requería un titulo de mayor dificultad se incrementaba el coste. Incluso había un paquete completo que incluía aprobar tres títulos con suplantación. Se detectaron pagos adelantados de hasta 30.000 euros para aprobar varios títulos. Los suplantadores cobraban entre 300 y 400 euros por prueba realizada. Por su parte, los ingenieros navales, que eran quienes cantaban las preguntas, se embolsaban más de 1.000 euros por prueba.