La Policía Nacional ha desarticulado una red de explotación sexual de mujeres, tráfico de drogas y blanqueo, con detenciones realizadas la mayor parte en la Comunitat Valenciana, más concretamente en Valencia. Bajo el nombre de «Triada» esta operación que se desarrolló en toda España ha conseguido desmontar una cruel organización que hacían dinero obligando a prostituirse a mujeres reclutadas en China, a las cuales drogaban para que se desinhibieran.Además en las casas de citas en las que ofrecían los servicios se vendían también diferentes tipos de drogas a los clientes.

Agentes de la Policía Nacional detuvieron a 39 personas, todas ellas de nacionalidad china, 29 de ellas en la Comunitat Valenciana. La operación se desarrolló en Valencia, Alicante, Madrid, Zaragoza y Tenerife. Se registraron 27 domicilios utilizados por la red delictiva en las que se hallaron armas de fuego, drogas y dinero. De ellas 20 viviendas estaba situadas en Valencia. En la capital del Turia los delincuentes tenían una casa de citas en la calle Peris y Valero, y también se registraron al menos en la Plaza de España, en Torrent y en Quart de Poblet. Se registraron además dos viviendas en las calles Doctor Gil y Morte, y Linares de la ciudad. En esta última se intervino una pistola.

Casa de citas en Peris y Valero

En el número 135 de Peris y Valero, uno de los vecinos explicaba a este diario que «esto era algo que sabía todo el mundo». «El propio vecindario había denunciado en varias ocasiones a la policía esta situación, la cuál ya intervino». Se trata de un edificio de ocho viviendas. La casa de citas estaba en la puerta tres. En el portal de la finca destacaba que el número estaba pintado en dorado y con rotulador, diferenciándose del resto.

«Aquí había siempre mucha gente subiendo y bajando en el ascensor. Gente que iba sucia.. A veces evitábamos entrar en el edificio si veíamos algún cliente entrar. Es un desastre, llevaban aquí desde 2006», apostillaba. Además apuntaba que «sólo veíamos salir a una mujer china, siempre la misma y a un chico joven chino».

La casa es propiedad de una mujer española que lo tiene alquilado. Los vecinos comentaban que le han insistido varias veces que echara a los inquilinos pero que ella no ha dado ningún paso en todo este tiempo.

Otro de los vecinos, que construyó el edificio y es propietario de la mayoría de las viviendas comentaba a este periódico que «tenemos que pagar un dineral de dinero de la luz de la escalera ya que había día y noche gente entrando y usando el ascensor». Además explicaba que «vaciaron varios extintores en la escalera, se meaban e incluso en una ocasión habían defecado».

De las 27 viviendas registradas por la policía en España, casi una veintena funcionaban como casas de citas. Las tarifas de los servicios sexuales, según la policía, se situaban entre los 600 y los 1.200 euros la noche dependiendo de si se consumía droga o no. En cambio, en el caso de la vivienda de Peris y Valero, los vecinos aseguran que eran visitadas por clientes de baja situación social. Según la policía, la red obligaba a las muchachas a ofrecer a sus clientes todo tipo de estupefacientes como Ice, Kin Ketamina, Kai Xin Guo, Mango (Ice y cafeína), cocaína o marihuana. Asimismo, los detenidos inducían a las muchachas a consumir drogas, entre ellas el Ice, que actúa también como estimulante sexual.Estas drogas eran adquiridas en Holanda a través de distintos contactos que tenía la organización y en menor medida también se ofrecía en la calle.

Esclavas sexuales

Las mujeres retenidas por la organización iban rotando por las diferentes viviendas que tenían. Eran captadas en China por miembros de la red y les ofrecían trabajo en España. Las dotaban de visados como turistas y las trasladaban en avión, Al llegar las recogían y les quitaban el pasaporte.

Las chicas contraían una deuda de unos 14.000 euros con los presuntos criminales y eran obligadas a prostituirse al menos durante un año, aún cuando habían saldado el montante señalado.A lo largo del año la policía ha contado con la colaboración de cuatro víctimas de la red.

La investigación ha sido desarrollada por la Unidad Central contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (Ucrif) Central, de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras; la Ucrif de las Jefaturas Superiores de Valencia, Alicante, Madrid y Zaragoza, así como por la Ucrif de la Comisaría Provincial de Tenerife y la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Valencia.

Esta operación está relacionada con otras dos en las que se detuvo a ciudadanos chinos. Una en Valencia realizada en mayo por la Udyco, en la que se detuvo a varias personas por tráfico de estupefacientes y que eran clientes de la red desarticulada. La otra en Madrid, realizada en julio, en la que se arrestó a 67 miembros de una mafia que traía droga desde Holanda en coche o mediante envíos postales desde China.