Un adolescente de 16 años y residente en un municipio de la Marina Baixa ha sido detenido por presuntamente abusar de varios niños de corta edad a los que su madre, ajena a lo que sucedía, cuidaba en su casa como canguro. El acusado, que llegó a acumular cientos de miles de imágenes de menores, está ingresado desde septiembre en un centro en régimen cerrado por decisión de la Fiscalía de Alicante.

Los hechos, según informó ayer la Guardia Civil, fueron descubiertos gracias a los rastreos que realiza el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), y que detectaron en un foro de Rusia imágenes de abusos sexuales a menores en los que su autor presumía de lo que hacía. Los analistas del DHS enviaron la información a España tras constatar que en algunos de esos archivos aparecían vehículos con matrícula española.

A partir de ese dato, los especialistas en delitos telemáticos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil averiguaron que los vídeos y las fotografías habían sido tomados en algún lugar de Alicante, a partir del análisis de la playa que se veía en algunas imágenes y de las matrículas, que permitieron incluso determinar con exactitud una calle.

Con esos datos, los agentes utilizaron los mapas por satélite de Google Maps para ubicar la piscina en torno a la cual aparecían los menores, y cuya peculiar forma era claramente visible mediante la vista aérea de la citada aplicación de internet.

Una vez localizado el entorno del presunto pederasta y pedófilo, los agentes rastrearon las direcciones IP desde las que se habían enviado los archivos, pero los datos no cuadraban porque el menor no utilizaba una conexión propia a internet, sino que pirateaba la señal de sus vecinos.

Sobre el terreno, los investigadores comprobaron que el sospechoso disponía de una antena para captar y amplificar las señales inalámbricas de su entorno. Así supieron que parasitaba las conexiones de los vecinos, algo cada vez más común entre los delincuentes cibernéticos que no sólo se benefician de el uso gratuito de la red, sino, y sobre todo, que camuflan la ubicación geográfica de su ordenador y, por tanto, la suya propia, dificultando así su localización y detención.

Diez discos duros

Sin embargo, los investigadores localizaron la vivienda y afinaron las vigilancias para determinar, a partir de las horas de conexión, quién era el usuario del ordenador desde que el se distribuían los archivos pedófilos. Una vez descartados los padres del menor, los agentes se centraron en éste. Con la información en la mano, hablaron con el juzgado y obtuvieron la orden de entrada y registro en el domicilio.

La Guardia Civil intervino en la casa diez discos duros de alta capacidad, en los que el acusado había acumulado cientos de miles de archivos, la mayoría de ellos con contenido sexual explícito en los que había menores.

Además, el presunto pederasta robaba fotografías y vídeos de menores de los ordenadores que amigos suyos y de sus padres le dejaban para arreglar, dado que se había ganado una merecida fama de experto en cuestiones informáticas.

Tras su detención, la Fiscalía alicantina decretó su internamiento en un centro de menores en régimen cerrado como medida cautelar hasta que se celebre el juicio.