Apenas fue consciente del peligro porque "todo sucedió muy rápido", la avalancha de nieve que se les vino abajo, el rescate y el traslado en helicóptero. Tras quedar sepultado por la nieve en Panticosa este domingo, uno de los montañeros valencianos, Pablo Navarro, de Torrent se considera afortunado porque sólo tiene un esguince de tobillo y dolor en el coxis, pero ninguna rotura.

La aventura de Navarro, aficionado a la montaña desde hace 12 años, comenzó a primeras horas de la mañana del domingo cuando abandonó el refugio con su compañero para hacer la Ruta de los Infiernos. La previsión meteorológica era "buena" aunque encontraron la nieve "muy blanda" y les costaba mucho avanzar.

"Decidimos cambiar el itinerario y llegado un punto en que para avanzar cien metros tardábamos una hora porque nos hundíamos, mi compañero abandonó", explica. Pero Pablo Navarro siguió adelante con otro grupo de montañeros de Valencia y de otros puntos de la geografía española. Tras pasar el collado del Garmo Negro, uno de ellos gritó: "¡Avalancha!". No tuvie?ron tiempo de reaccionar, el alud se les echó encima. "Noté cómo la nieve me arrastraba y comencé a dar volteretas. En ese momento en lo que piensas es en sobrevivir y, por eso, intentas situarte por encima de la nieve".

El alud sepultó a este montañero, aunque un agujero a la altura de la boca le permitía respirar. Desde dentro gritó para comprobar si había alguien. "Otro compañero me contestó y me dijo que me sacarían. Primero ayudaron a un tercero y entre ambos me sacaron a mí", explica.

Por suerte, en ese punto había cobertura de telefonía y pudieron llamar al 112. El helicóptero de rescate apenas tardó media hora y en ese tiempo se taparon con sacos y mantas. Les atendieron en el centro de salud de Pueyo de Jaca, donde les realizaron la primera cura, y luego los trasladaron al hospital para descartar fracturas.

Pablo Navarro regresó a Valencia y fue atendido aquí en un hospital, donde únicamente le diagnosticaron un esguince. A las doce de la noche ya estaba en su casa.

Caída hace 10 años

A pesar del incidente, este torren?tino ni se plantea dejar su principal afición. "Cuando estás arriba de la montaña tienes una sensación de bienestar que vale la pena", explica. Además, considera de escasa importancia el incidente del alud. "Hace 10 años tuve una caída en el Aneto y me herí en la cabeza. Entonces estuve ocho horas esperando a que me rescataran", explica. Con todo, su prioridad ahora es recuperarse y, aunque espera retomar la práctica pronto, prefiere no poner fecha.