La Guardia Civil y tres forenses, dos de ellos especializados en antropología, extrajeron ayer el resto del esqueleto del interior de la sima de Dos Aguas en la que un grupo de espeleólogos de Vinalesa encontró un cráneo, un fémur y una tibia el pasado 2 de enero, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV.

La recuperación del resto de los huesos fue realizada ayer en presencia de la juez de Carlet que lleva el caso y en la misma participaron agentes de la Guardia Civil del grupo de montaña (Greim), del de Homicidios y del laboratorio de criminalística. Además, colaboró el helicóptero del cuerpo, que trasladó a pie de sima a la juez, a los forenses y a los agentes -salvo los de montaña-, tras recogerlos en tandas en Llombai. Los trabajos, de los que fue testigo este periódico, comenzaron a las diez y se prolongaron hasta las cuatro de la tarde.

De momento, los forenses sólo tienen dos aspectos claros, que los restos pertenecen a un hombre y que fue víctima de un homicidio, afirmación que se basa en la profunda hendidura que presenta el cráneo en su parte derecha, entre la sien y el lugar que ocupó en su momento la oreja. A falta de análisis más profundos, los expertos creen que la lesión fue realizada con una herramienta, posiblemente un hacha o incluso una azada, y que el propósito era homicida, por lo que en principio descartan que se trate de una muerte accidental ocurrida al golpearse contra el filo de una piedra.

El escollo más complicado para que los agentes de Homicidios avancen en la investigación es determinar cuándo se produjo la muerte y lograr ponerle nombre a los restos.

Los forenses comenzarán a examinar los huesos a partir de la próxima semana y una de las primeras cuestiones será establecer la fecha de la muerte, algo que en este momento se desconoce -los especialistas barajan un amplio intervalo de entre 15 y 40 años-. Para ello, estudiarán la densidad ósea para establecer tanto la edad de la persona cuando falleció como la fecha en que se produjo la muerte, puesto que la opacidad que reflejen los huesos ayudará a conocer, o al menos, acercarse, a esos datos imprescindibles para llevar adelante a investigación con ciertas garantías de éxito.

De momento, los investigadores ya han comenzado a rastrear denuncias por desaparición, pero el intervalo con que trabajan es tan grande que ese trabajo no ha dado aún resultados de interés.

La recuperación de los restos fue realizada por los forenses, que fueron bajados al interior de la cavidad por los especialistas del Greim. A lo largo de varias horas, desenterraron los huesos, que estaban depositados en sucesivas capas de tierra y piedras caídas al interior de la sima por el arrastre de las lluvias y otros fenómenos erosivos. En la oquedad únicamente quedaban los restos óseos, algunos de ellos muy deteriorados, y no fue hallado ningún resto de tejido, calzado o cualquier otro objeto que hubiera podido llevar la víctima.