"¡Mirad lo que me habéis hecho, me lo habéis quitado todo!". Con estas desgarradoras palabras explicaba su acción la mujer que esta mañana se quemaba a lo bonzo en una sucursal bancaria de Almassora. La mujer de 47 años entró alrededor de las 12.40 horas en el interior de la sucursal y, tras rociarse con líquido inflamable, se prendió fuego.

Así lo ha relatado María, propietaria del bar colindante, que pudo ver cómo la mujer salía en llamas por la puerta de atrás de la sucursal mientras varios guardias civiles intentaban sofocar el fuego. La mujer cayó al suelo, según relataron los presentes, con la cara, las piernas y la cabeza quemadas. Allí, una vez apagadas las llamas y con el 48 % del cuerpo afectado, esperó tumbada en el suelo cerca de 20 minutos a que llegaran los servicios médicos. Los vecinos presentes la escuchaban acusar a la entidad de la desesperación que la había llevado a pegarse fuego en el cajero interior de la sucursal.

Según fuentes familiares, la mujer estaba separada, tenía tres hijos a su cargo y podría estar pasando por dificultades económicas relacionadas con un proceso de desahucio. Sus familiares, sin embargo, nunca pensaron que pudiera llegar al extremo de prenderse fuego. Ana María Martí, vecina de la sucursal que salió a la calle al oír los gritos, ha explicado que la mujer se dedicaba a la venta de cupones de una organización de personas con discapacidad.

Tras ser estabilizada por el personal del Samur, la mujer fue trasladada en un helicóptero medicalizado a la unidad de quemados del Hospital La Fe de Valencia en estado grave con quemaduras de segundo y tercer grado. En el momento de los hechos solo estaba cerca de la mujer uno de los empleados de la entidad bancaria, que no ha resultado herido. Uno de los guardias civiles que intentó sofocar las llamas sí resultó herido de levedad y fue atendido en el centro de salud de la localidad, según confirmaron fuentes del parque de bomberos de Nules.

Ayuda del consistorio