Los muelles valencianos han vuelto a convertirse en la puerta de entrada de un importante cargamento de cocaína procedente de Suramérica. Y de nuevo el sistema elegido por las mafias del narcotráfico ha sido el "gancho perdido". En esta ocasión, ha sido la Policía Nacional quien ha logrado evitar la entrada en el mercado negro de 135 kilos de esa droga, que llegaron aprovechando o un envío comercial legal de cacahuetes.

La droga fue interceptada el pasado miércoles por la mañana, durante la revisión de un contenedor que traía varias toneladas de cacahuetes que una empresa valenciana había importado de Brasil y que los narcos han utilizado, una vez más, para camuflar su propio envío sin que el vendedor o el comprador supiesen nada.

Sin embargo, la operación policial había comenzado días antes, cuando agentes del grupo V de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Valencia, con el apoyo del Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (Greco-Levante) y la colaboración de Vigilancia Aduanera, inspeccionaron seis contenedores en busca de la droga. Las revisiones, realizadas al día siguiente de que el buque en el que viajaba la cocaína atracase en el puerto de Valencia, resultaron negativas, de modo que la investigación prosiguió su curso.

Tres días más tarde, y bajo la supervisión del Juzgado de Instrucción número 14 de Valencia, los agentes revisaron un séptimo contenedor, el de los cacahuetes, y nada más abrirlo se toparon con cinco bolsas de viaje grandes, en cuyo interior encontraron 134 paquetes de alrededor de un kilo de cocaína cada uno de ellos. La droga fue introducida durante una escala realizada por el buque en uno de los principales puertos de la costa atlántica brasileña.