Cuatro años después de que la Guardia Civil de Paiporta destapara una macroestafa de venta de motos de importación, con más de 50 personas afectadas en todo el país y cuyas pérdidas superan los 300.000 euros, el caso todavía sigue en fase de instrucción y únicamente se ha juzgado a uno de los principales acusados por una denuncia suelta de uno de los estafados que se presentó en Santander. La sentencia, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, absuelve al acusado de un delito de estafa al entender el juez que éste ya había vendido su empresa a un tercero y por lo tanto no tenía vinculación alguna con la venta fraudulenta de la moto en cuestión.

Los hechos juzgados ahora en Santander se produjeron en marzo de 2009 cuando la empresa Racing Motos, situada en Paiporta, ofertó a través de una página web una motocicleta de importación, marca Suzuki GSX-R1000. El estafado abonó por adelantado un total de 6.268 euros en dos pagos, pero nunca recibió la citada moto.

La sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de Santander establece probado que la «motocicleta no fue entregada a su comprador, habiéndose actuado con la intención de obtener un enriquecimiento ilícito con el dinero recibido». En esta causa sólo fue juzgado Alfonso C., antiguo propietario de la citada empresa, quien vendió todas sus participaciones en julio de 2008 a Jacobo M., quien está imputado junto con el primero y otras cuatro personas en la causa que será juzgada en Valencia.

Durante el juicio el acusado negó los hechos y alegó que cuando se cometió la supuesta estafa él residía en Miami y ya había vendido la empresa. Por todo ello y después de que el fiscal retirara la acusación, el juez decidió absolver a Alfonso C. del delito de estafa.

«Tengo mis cuentas bloqueadas, he tenido que cerrar mi negocio en Valencia y he perdido mi casa en Miami», se lamentaba el todavía imputado en la macro estafa, quien estuvo siete meses en prisión provisional. «Desde que quedé en libertad tengo que ir todos los lunes a firmar al juzgado», añadió Alfonso C. «Quiero que me dejen hacer mi vida, que pueda volver a abrir mi tiendecita y poder recuperar el tiempo perdido con mi familia», declaró el acusado a este periódico.

Pese a haber sido absuelto de una de las estafas, todavía está pendiente de juicio la estafa por el grueso importante de afectados, quienes hicieron entrega de más de 300.000 euros por unas motos de importación que nunca vieron. Entre los seis imputados se encuentra el administrador de la empresa de Paiporta y sus empleados.