Han pasado ya cuatro meses desde que el cadáver de un paciente sin identificar fuera bajado al mortuorio del Hospital La Fe de Valencia. Desde entonces el cuerpo sin vida de este hombre, de mediana edad y origen extranjero, permanece en una cámara frigorífica de la morgue del citado centro hospitalario sin que nadie lo reclame y sin que las autoridades se hayan hecho cargo de él. El tiempo pasa y, pese a estar a una temperatura de entre dos y tres grados centígrados, el ciclo de putrefacción ha comenzado poniendo en riesgo la salud de los trabajadores e incluso del resto de pacientes, según criticaron fuentes sindicales. Por su parte, fuentes del hospital aseguran que el fallecido será trasladado en los próximos días al Instituto de Medicina Legal.

El hombre, que durante estos cuatro meses no ha podido ser identificado, pereció en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital La Fe de Valencia por causas naturales el pasado 13 de enero. Lo único que se sabe de él hasta la fecha es que cuando llegó al servicio de Urgencias del centro hospitalario no hablaba castellano, por lo que todo hace indicar que es extranjero.

Según la vestimenta que portaba el día que ingresó en el hospital, las fuentes consultadas apuntaron que podría tratarse de un indigente. De hecho, en los bolsillos del pantalón apenas llevaba unas monedas que no alcanzaban a un euro. Otro indicio más de que pudiera ser un indigente o un gorrilla. El hombre, de una edad situada entre los 40 y los 50 años, quedó ingresado en la UCI del citado hospital dada la gravedad de su estado.

No obstante, al no llevar documentación alguna encima y no entender el idioma, los sanitarios no pudieron identificarlo y dieron parte a la Policía Nacional. Desde entonces se han cotejado los rasgos del fallecido con las denuncias de personas desaparecidas sin obtener resultados. Así, la semana pasada agentes de la policía científica acudieron a la morgue del Hospital La Fe para cortarle varios dedos al finado, que ya está descomponiéndose, y así intentar comprobar sus huellas dactilares, por si estuviera fichado en España o en el extranjero.

Sin embargo, fuentes del sindicato USO-CV criticaron que ha pasado ya demasiado tiempo y que ese cadáver no debería estar las instalaciones del hospital sino en un lugar adecuado como el Instituto de Medicina Legal, donde son trasladados todos los muertos judiciales.

Asimismo, según el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria de la Comunitat Valenciana un cadáver debe ser inhumado o incinerado en un plazo de 72 horas. En caso contrario debe ser embalsamado o conservado debidamente mediante productos químicos que impidan la aparición de los fenómenos de putrefacción.

Sin embargo, 2.888 horas después de su deceso, los líquidos de descomposición del cadáver están saliéndose de la cámara de refrigeración y el olor del recinto es insoportable, según fuentes de USO-CV, que alertan de los riesgos sanitarios e higiénicos que ello supone para los trabajadores.