Alicante y las Hogueras se tiñeron ayer de luto con el fallecimiento, a primera hora de la mañana, del niño de 9 años que resultó herido muy grave tras estallar un petardo metido en una lata y seccionarle parte del cuello cuando se encontraba, en la tarde del viernes, en el racó de la hoguera de San Blas Alto, ubicado junto a la plaza del Padre Fontova. El pequeño, que no pertenecía a comisiones festeras, no pudo superar la operación a la que fue sometido de urgencia en el Hospital General de Alicante durante la madrugada ya que sufrió una herida mortal en la parte izquierda del cuello que le seccionó la yugular provocándole una gran hemorragia, según informaron fuentes policiales. De hecho, fue intervenido tras entrar en parada.

La investigación del suceso está ya en manos de la Policía Nacional, aunque fueron agentes de la Policía Local los que se personaron en la noche del viernes en el racó para instruir diligencias. Los efectivos policiales se desplazaron a la plaza del Padre Fontova tras recibir una confusa llamada telefónica que les informaba de que un petardo había herido a un niño en una mano. Cuando llegaron, el pequeño Aarón ya había sido evacuado al General de Alicante, donde ingresó en torno a las 21.30 horas, y no había testigos en ese momento, según informaron fuentes policiales.

Trozos muy cortantes

Tras una primera inspección ocular, los agentes se desplazaron al hospital y luego volvieron a San Blas Alto, para recabar datos y testimonios. Allí recogieron los restos de una lata rota, que presuponen que es el artefacto que impactó en el cuello del niño y le cortó la yugular, aunque al parecer no encontraron restos del petardo, que se habría consumido en la explosión. «Se sabe cómo se produjo la muerte, a causa de la esquirla que saltó de la lata, que se hizo trozos, y uno de ellos impactó con el niño, que entró en parada y se desangró», según explicaron las mismas fuentes.

Todo apunta a que el petardo que estalló estaba en una lata de cerveza hecha con un material más liviano de lo habitual, lo que pudo contribuir a que los trozos fueran más cortantes. La Policía Nacional trataba ayer de aclarar los hechos, tanto el tipo de petardo empleado y si era legal, como quién lo tiró, aunque las primeras investigaciones apuntan a que fue un menor de una edad similar al fallecido el que encendió el material pirotécnico, en un momento en que había más niños en la zona. Así mismo, el hecho de que el petardo se introdujera en una lata y probablemente se cerrara, incrementó la potencia del mismo y que en la explosión se liberara metralla, como si fuera una bomba, hiriendo mortalmente al pequeño.

El niño vivía junto a sus padres y su hermana de cinco años en el barrio de San Blas, muy cerca de donde sucedieron los hechos. Su fallecimiento provocó una oleada de tristeza y pesar entre festeros y ciudadanos. El ayuntamiento celebró a las dos de la tarde, hora de la «mascletà», cinco minutos de silencio a las puertas del ayuntamiento, frente a la hoguera oficial, y seguidamente, la alcaldesa, Sonia Castedo, acompañada por el presidente de la Federación de Hogueras, Manuel Jiménez, colocó un crespón negro en señal de duelo en uno de los «ninots». El funeral por el niño será hoy, a las 12.15 del mediodía.