Una niña puso ayer en jaque durante varios minutos a la Policía Nacional y a un guardia civil franco de servicio con una falsa alerta de secuestro cuando circulaba por Valencia en un coche. Los hechos sucedieron en torno a las nueve de la noche, cuando un agente de la Guardia Civil libre de servicio viajaba en su vehículo por la avenida del Cardenal Benlloch y reparó en un papel que una niña sujetaba contra la ventanilla, justo en el automóvil que circulaba en paralelo, en el carril de al lado.

El agente se colocó a la altura del papel y leyó el mensaje: «Socorro. Estoy secuestrada». A partir de ese momento, no lo dudó. El guardia civil aceleró, adelantó al otro vehículo y con un brusco volantazo giró su coche ante el otro para cerrarle el paso y obligarle a parar.

El agente salió del coche pistola en mano y, al grito de «¡Alto, Guardia Civil!», encañonó al conductor y le obligó a salir del coche con las manos en la cabeza. El hombre obedeció sin rechistar y sin saber por qué se estaba viendo envuelto en la intervención policial, hasta que el agente le preguntó quién era la niña y qué hacía en su coche. El hombre respondió de inmediato que era el padre de la menor, de 13 años. El agente le advirtió de que la pequeña decía estar secuestrada y que había pedido socorro, algo que el padre negó en rotundo.

La niña contó entonces la verdad y explicó que era una broma que se le había ocurrido. Para entonces, el guardia civil ya había alertado a la sala del 091 Valencia es demarcación de la Policía Nacional, que envió varios coches patrulla al lugar. Los policías nacionales comprobaron los datos del hombre y de la niña y que no se había producido ningún hecho delictivo, así que media hora después, cada uno pudo proseguir su camino.