Plácido y Dangira se encontraban durmiendo tranquilamente en su caseta de campo, situada en el camino rural de la Hostelera, a 20 kilómetros de Sagunt, cuando alguien irrumpió en su vivienda aprovechando los últimos minutos de oscuridad antes del amanecer. Sin que mediara discusión previa el presunto asaltante -u asaltantes- abrió fuego contra la pareja sin darles posibilidad a que se defendieran. La mujer, de 47 años y nacionalidad lituana, murió en el acto tras recibir al menos un disparo a bocajarro efectuado, al parecer, con una escopeta de postas. Su actual pareja sentimental, un hombre de 50 años natural de Sagunt, resultó herido en la parte posterior del cuerpo con varios perdigones en el glúteo, pero su estado no reviste gravedad y ayer por la tarde atendió a este periódico desde la cama del hospital, aunque prefirió no hacer declaraciones sobre lo sucedido. «Estoy bien. No puedo hablar, la Guardia Civil nos ha dicho que no digamos nada».

Los hechos ocurrieron pocos minutos después de las seis de la madrugada de ayer cuando el 112 recibió la llamada desesperada de un hombre que aseguraba que acababa de haber sido tiroteado en su caseta de Sagunt y que su mujer estaba agonizando junto a él. Rápidamente se movilizó una ambulancia del SAMU, y varias patrullas de la Guardia Civil se trasladaron hasta el lugar, situado en un camino rural entre campos de naranjos en el término municipal de Sagunt pero a más de 20 kilómetros de la ciudad.

Cuando la ambulancia llegó al lugar la mujer ya había fallecido y el hombre presentaba varias heridas de perdigones a la altura del glúteo y en la pierna. Al parecer, su agresor le disparó un único tiro a poca distancia con una escopeta de postas. El herido fue trasladado por la ambulancia al Hospital de Sagunt, donde le extrajeron los perdigones y quedó ingresado fuera de peligro.

Por su parte, el cadáver de la fallecida, que yacía todavía en la cama de la habitación fue levantado por la comisión judicial a las 12.30 horas y trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde hoy se le practicará la autopsia. Aparentemente la víctima presentaba un disparo a bocajarro en el pecho, pero podría haber recibido dos impactos distintos dado el estado que presentaba el cuerpo.

El grupo de Homicidios de La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación del asesinato de la mujer y el homicidio en grado de tentativa del herido y por el momento sólo han descartado la hipótesis de que se trate de un caso de violencia machista, según aseguraron fuentes de la Benemérita. El abanico de posibles móviles del asalto permanece abierto, aunque todo apunta a que no se trata de un robo, ya que aparentemente en la casa no faltaba nada ni había signos de haber sido registrada.

«Paga o muere»

También se investiga una extraña pintada en la entrada de la parcela, que dice algo así como: «Paga o muere», la cual podría tener algún tipo de relación con el asalto. Aunque por el momento las fuentes consultadas por este periódico apuntaron que es muy aventurado hacer cualquier suposición hasta que el herido aclare si tenía algún tipo de problema por deudas y que la pintada es de hace tiempo.

Por último, otra línea de investigación que permanece abierta es el entorno próximo de la pareja. De hecho, algunos residentes de la zona apuntaron que el herido tenía rencillas desde hace tiempo con su vecino de al lado. «Antes eran carne y uña, pero desde hace unos años se llevan fatal», apuntó Augusto, quien achaca estos problemillas vecinales a las fiestas que monta la hija de este vecino con sus amigos hasta altas horas de la noche, y por las que Plácido le habría llamado la atención en numerosas ocasiones.

No obstante, Ramón niega por completo que tenga problemas graves con Plácido. «Eso son tonterías. Ya no había contacto porque hacía tiempo que no subíamos al campo y porque siempre hay gente con la que te llevas mejor que con otra», aclaró. Él y su mujer acudieron ayer a media mañana al lugar tras ser alertados por la Guardia Civil para que les abrieran la casa y así investigar si en su parcela también había entrado alguien.

El herido, electricista de profesión, y la fallecida llevaban poco más de dos años de relación después de que éste se quedara viudo al fallecer su anterior esposa arrollada por un tren.