En uno de los nuevos nichos del cementerio de Alicante, ubicado muy cerca de la entrada principal al camposanto alicantino, descansaban hasta ayer los restos de una mujer de origen búlgaro fallecida hace poco más de un mes por causas aparentemente naturales. Sin embargo, un "chivatazo" en forma de denuncia, presentada poco después del fallecimiento en el juzgado de guardia, dio un giro a esta muerte para ponerla en el foco del Cuerpo Nacional de Policía y un juzgado de Alicante.

La denuncia relataba que la mujer, de 48 años, madre de un chico mayor de edad, falleció debido a un envenenamiento y que no se trató de una muerte natural como se quiso aparentar. El equipo de Homicidios de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación, dirigida por una juez de Alicante, con el fin de averiguar si, efectivamente, la mujer fue envenenada por alguien cercano a ella.

Una de las muestras de sangre extraídas durante la primera autopsia ha dado negativo en cuanto a la cantidad de cianuro en sangre, si bien éste componente -que el propio cuerpo humano genera en dosis muy pequeñas y que es mayor en los fumadores- es altamente volátil.

Además de la sangre, hay más fórmulas para intentar averiguar si una persona pudo ser envenenada con cianuro. Una autopsia más exhaustiva es lo que ha ordenado la juez de Alicante que dirige la investigación. La práctica de esta segunda autopsia comenzó ayer, después de que un equipo judicial y policial, en colaboración con un equipo forense, trasladaran el cuerpo de la mujer tras una exhumación llevada a cabo ayer a las diez de la mañana.

Ni cinco minutos costó sacar el ataúd. El fuerte olor que desprendía el cadáver, enterrado desde hace un mes y que presentaba avanzados signos de descomposición, impregnó el área de nichos nuevos ubicada a la entrada del cementerio. Tras introducir el féretro en un coche funerario, éste trasladó a la fallecida hasta el Instituto de Medicina Legal para su segunda autopsia. Su muerte en el hospital de Sant Joan d'Alacant, al que llegó diciendo que se encontraba mal, podría haber sido fruto de un envenenamiento sin que, hasta ahora, haya más prueba que una denuncia presentada poco después en el juzgado de guardia de Alicante. La investigación trata de esclarecer si se produjo la intoxicación y si alguien tuvo interés en ello.

La exhumación practicada ayer no está vinculada a los resultados de cianuro en sangre remitidos por el instituto de Toxicología de Barcelona, que no han revelado nada esclarecedor. Según ha podido saber este diario, la recuperación del cadáver para volver a hacerle la autopsia es una diligencia importante con la que intentar localizar restos de cianuro en los órganos que podrían haber sido dañados. Tras un mes, el cadáver está en avanzado estado de descomposición, si bien fuentes consultadas explican que sí hay posibilidades de detectar restos de veneno, así como otros elementos que puedan informar sobre la intoxicación y que podrían no haberse tenido en cuenta en la primera autopsia, ya que la segunda estaba previsto que fuera muy exhaustiva.