El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso de casación presentado por dos jóvenes que fueron condenados a 15 años de prisión por matar a otro en mayo de 2008 en la localidad valenciana de Sueca y tirar su cadáver al río Júcar atado a una bombona de butano.

La sala de lo Penal del alto tribunal ha desestimado los argumentos de las defensas de ambos jóvenes, basados en la supuesta omisión de respuestas del tribunal del jurado, la falta de concreción de los hechos probados o la suficiencia de las pruebas, entre otras cuestiones.

Tras rechazar estos argumentos, la sala considera que la Audiencia Provincial "operó con unos indicios que gozan de consistencia probatoria suficiente para enervar el derecho a la presunción de inocencia al concurrir una base razonable para sustentar la condena".

La sentencia de la Audiencia Provincial consideró a los procesados autores de un delito de homicidio y les condenó además a indemnizar conjuntamente a la familia de la víctima con 126.000 euros y a abonar la mitad de las costas procesales.

Fue un jurado popular el que declaró culpables a los procesados y determinó que la intención de éstos era "matar pero no torturar" a su víctima aunque el cuerpo de Hugo S., de 27 años, presentaba más de cuarenta heridas.

Tanto el Ministerio Público como la acusación particular solicitaron entonces para los acusados sendas penas de 15 años de prisión por un delito de homicidio con abuso de superioridad, mientras que la defensa reclamó la absolución de sus patrocinados al tiempo que anunciaba la presentación de un recurso contra la sentencia.

Los hechos se remontan al 20 de mayo de 2008, cuando, pasadas las 22 horas, la víctima acudió a casa de los acusados para cobrar una deuda y éstos le atacaron hasta la muerte con un objeto contundente y un arma blanca, según los escritos de acusación.

Posteriormente, los procesados arrojaron al río Júcar el cadáver atado a una bombona de butano.

El cuerpo, que presentaba más de cuarenta heridas, una de ellas, en el cuello, que le seccionó la carótida, apareció flotando cinco días después.

Según trascendió en el juicio por estos hechos, el crimen vino motivado por un "asunto de drogas" y, de hecho, la defensa afirmó que la víctima "vendía".

Esta parte subrayó además que, tras su detención como sospechosos del delito, los acusados permanecieron en prisión preventiva "tan sólo tres meses" debido a que las detenciones fueron "precipitadas".

La defensa aseguró entonces a EFE que ni se había determinado el lugar en que murió la víctima ni se habían hallado las armas con las que se cometió el crimen.