Un bebé estadounidense de cinco meses y medio de edad perdió la vida poco antes de la medianoche de ayer en un desgraciado accidente ocurrido en una de las cintas donde se recogen equipajes en el aeropuerto de El Altet. El niño, que estaba con su madre, quedó atrapado en un pequeño hueco entre dos cintas de transporte de maletas. La cinta estaba parada cuando llegó la madre a recoger el carrito de bebé y la Guardia Civil trata de aclarar si se puso en marcha el sistema al dejar encima la silla portabebés o bien arrancó cuando la mujer subió a por el carro, perdió el equilibrio y el niño cayó sobre la cinta, según fuentes cercanas al caso.

El triste accidente ocurrió sobre las once y media de la noche. La madre, una estadounidense de 32 años, llegó con su hijo de cinco meses en un vuelo de Easyjet procedente de Londres. El bebé lo llevaba en una silla tipo maxi-cosi y se dirigió a la cinta de recogida de equipajes especiales para recoger el carrito. Una vez allí se barajan dos versiones sobre lo sucedido. Fuentes aeroportuarias indicaron que la madre dejó sobre la cinta la silla con el niño y se puso en marcha al activarse por unos sensores. Otras fuentes aseguran por contra que el carro quedó un poco atrapado sin llegar a salir y la madre subió a la cinta a recogerlo llevando en una mano la silla con su hijo. En ese momento pudo perder el equilibrio y el pequeño cayó sobre la cinta.

Lo único cierto es que la cinta se puso a funcionar porque los sensores detectaron algo encima, sin que influya el peso, y el pequeño acabó atrapado en un hueco de unos diez centímetros donde convergen dos cintas de transporte de equipaje. Dada la hora del accidente apenas había pasajeros en el aeropuerto y menos en la zona del siniestro. Los gritos aterradores de la madre alertaron al personal y de inmediato acudieron efectivos sanitarios, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Fuentes de Aena indicaron que también acudió un médico del aeropuerto e intentó reanimarlo sin éxito. Las lesiones sufridas al parecer tenía fractura craneal fueron mortales.

En el momento del accidente el padre, de nacionalidad canadiense, se encontraba en la zona de llegadas del aeropuerto alicantino con otro hijo menor de edad, ajeno a la tragedia. La pareja requirió asistencia psicológica en un hotel de Dénia donde se trasladaron y donde iban a comenzar sus vacaciones.