La joven acusada de provocar un accidente en el que murieron dos personas en noviembre de 2010 junto al hospital Clínico de Valencia aseguró a la juez que solo bebió dos cervezas e insistió en que no iba rápida. La acusada, para la que el fiscal pide cuatro años de cárcel, insistió en que no recuerda cómo ocurrió el siniestro y aseguró que no va por ahí saltándose semáforos «en plan loca». La imputada, según mantiene la policía, se saltó ocho semáforos en rojo antes de colisionar con el coche de las víctimas en la avenida Blasco Ibáñez de Valencia.

La fiscal del caso reclama que sea condenada por dos delitos de homicidio por imprudencia, un delito de lesiones por imprudencia grave y un delito de conducción temeraria. En la vista también figura como acusado su padre en calidad de responsable civil subsidiario porque era el dueño del vehículo y titular del seguro.

Los hechos ocurrieron el 16 de noviembre de 2010. La acusada aseguró que esa noche tomó dos tercios de cerveza con unas aceitunas y unas bravas junto a una amiga. La joven indicó que se dirigía a recoger a su hermano en la plaza de los Patos e incidió en que no recuerda haberse saltado ningún semáforo en rojo cuando circulaba por la avenida Blasco Ibáñez.

La acusada era conductora novel y no podía circular con una tasa superior a 0,15 miligramos por litro en aire espirado. La procesada dio 0,35. La policía halló una botella vacía de whisky en la guantera del coche y la acusada alegó la había dejado olvidada su hermano. «No me explicó cómo pudo ser el accidente tan brutal», lamentó.

La juez tuvo que interrumpir la vista durante unos minutos porque la joven se derrumbó durante su declaración.

El padre de la joven pidió perdón a las víctimas por lo ocurrido y aseguró que se sintieron coaccionados por la policía local.