Dos hombres procesados por la muerte en agosto de 2011 de un empresario francés afincado en Gandia, cuyo cadáver fue hallado en el maletero de un coche, han aceptado hoy sendas condenas a 19 años de prisión, mientras que un tercer acusado, una mujer que se relacionaba con la víctima, ha aceptado una de 14.

La sentencia es fruto de la conformidad alcanzada por las partes en el juicio celebrado en la Sección Cuarta de la Audiencia de Valencia.

Los dos principales acusados, naturales de Letonia, han admitido los hechos, que han sido calificados de los delitos de asesinato, robo y estafa, y la mujer, nacida en Kazajistán, también ha admitido el crimen y ha sido condenada por homicidio, robo y estafa.

Ninguno de los tres acusados, en prisión provisional desde su detención, un día después del crimen, han querido hacer uso de su derecho a decir última palabra.

Los hechos se remontan al 11 de agosto de 2011 en la localidad valenciana de Gandia, donde había fijado su residencia la víctima, un empresario de origen francés.

Según han afirmado a EFE fuentes judiciales, el empresario mantenía una relación con la acusada, natural de "un país de Europa del este", pero "rompieron".

Al parecer, con la excusa de retomar la relación, la chica, de unos 42 años, acudió en compañía de dos hombres a la casa del empresario, ubicada en el término municipal de Gandia.

Sin que los letrados hayan detallado cómo se desarrollaron los hechos, en un momento dado, los acusados golpearon a la víctima, que quedó aturdida, y le robaron diferentes objetos de valor y dinero en efectivo, al tiempo que le obligaron a revelar el código secreto de una tarjeta de crédito.

Como quiera que forzaran al hombre, éste falleció finalmente por asfixia, estrangulado con una cuerda.

Al día siguiente, cuando circulaban en coche, los acusados se encontraron con un control rutinario de la Guardia Civil.

Los agentes observaron cómo el coche hizo una maniobra sospechosa, e iniciaron su persecución, sin que lograran alcanzarlo.

Posteriormente, hallaron en un camino del término municipal de Beniarjó, cerca de Gandia, el turismo abandonado y, dentro del maletero, el cadáver del empresario.

El letrado de la acusada ha apuntado a EFE que "Helena es inocente, no hizo nada", pero que "ha tenido que aceptar, entre lloros, la condena para rebajar la pena".

Ha señalado que la joven, que "estudió Medicina en Kazajistán, se enteró de que su amigo había muerto cuando se lo dijo la Guardia Civil".