Catalina Morales, de 87 años, fue encontrada muerta el viernes por la noche en su domicilio de Mislata. La anciana yacía sin vida boca abajo en el comedor de la vivienda cuando un vecino de la finca de enfrente se percató, desde su ventana, de que la luz estaba encendida y la mujer no se movía. Rápidamente corrió a avisar a los vecinos más próximos de la mujer, temiendo que le hubiera podido ocurrir alguna desgracia. Y así fue. Nada más abrir la puerta y ver al fondo que la octogenaria estaba muerta, éstos alertaron a los servicios médicos y a la policía. Los agentes, al observar signos de violencia en el cadáver y comprobar que la casa había sido revuelta, alertaron al médico forense ante la posibilidad de que se tratara de un crimen.

Los resultados preliminares de la autopsia realizada ayer en el Instituto de Medicina Legal de Valencia confirmaron los peores presagios. La anciana había muerto de forma violenta, al parecer por una herida punzante que tenía en el cuello. Además, el cuerpo presentaba un fuerte golpe en la zona occipital, aunque éste habría sido producto seguramente de la caída. La noche del hallazgo del cadáver, ante los numerosos indicios que apuntaban al homicidio, la Policía Nacional se había asegurado de precintar la vivienda para que nadie pudiera modificar la supuesta escena del crimen.

El Juzgado de Instrucción número uno de Mislata, en funciones de guardia, se ha hecho cargo de la investigación del caso. Asimismo, agentes del grupo de Policía Científica se trasladaron ayer al lugar para tomar muestras y examinar palmo a palmo la vivienda de la anciana supuestamente asesinada.

Un vecino la vio desde la ventana

El cadáver de la mujer fue descubierto en torno a las nueve de la noche del viernes cuando un vecino de la calle Regacho de Mislata observó desde su ventana la luz encendida del piso de su vecina de enfrente, a quien conocía de verla salir a menudo a regar las plantas. Al fijarse más detenidamente se percató de que había unos pies de mujer en el suelo mirando hacia el balcón y, al ver que pasados unos minutos no se movía, comprendió que podía haberle ocurrido algo a la anciana.

Este vecino bajó a la calle y le mostró su preocupación a una residente de la finca de Catalina, la fallecida. A su vez alertaron a los vecinos del piso de al lado, quienes tenían llaves de la casa. «Solo abrimos un poco la puerta y la vimos al fondo del pasillo inerte. No quisimos acercarnos por no tocar nada, nos dio algo de 'yuyu'», explicaba este vecino. Fueron ellos quienes alertaron a los servicios médicos y a la Policía.

Rápidamente se trasladaron varias patrullas de la Policía Nacional y de la Policía Local de Mislata a la calle Regacho. Aunque aparentemente el cadáver no presentaba signos de violencia y la mujer presentaba una patología previa, cuando el forense le dio la vuelta al cuerpo observó una herida punzante en el cuello.

Los investigadores comprobaron que la puerta de la vivienda no había sido forzada, lo que indica que la víctima abrió a su asesino o éste tenía llaves. Los vecinos aseguran que no escucharon ninguna discusión dentro de la casa o ruidos raros. «La última vez que la vimos fue el jueves por la tarde, a eso de las ocho. Nos la cruzamos al ir a tirar la basura y nos dijo estaba con unos amigos», apuntó Jesus, vecino de la finca.