La familia de Vicente V.C., el presunto narcotraficante desaparecido en junio pasado tal como informó ayer en exclusiva Levante-EMV, había recibido amenazas antes del tiroteo sufrido en la tarde-noche del pasado lunes en el chalé de Náquera en el que residía y que ahora ocupa una pareja que la alquiló hace menos de un mes.

Tanto el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Llíria como el grupo de Homicidios de Valencia están investigando tanto los disparos realizados contra la vivienda del supuesto traficante, como las amenazas recibidas, que se remontan incluso a las semanas anteriores a la desaparición de Vicente V.C.

Según pudo comprobar ayer este diario, varios de los proyectiles impactaron en la puerta exterior de la vivienda, uno de los cuales aún conserva el testigo métrico colocado por la Guardia Civil durante la inspección ocular posterior al ataque. El pistolero que supuestamente quería amedrentar a los ocupantes de la vivienda, ubicada en la partida Barranc Sirer de Náquera, en un paraje aislado, llegó a realizar hasta nueve disparos, según fuentes próximas a las víctimas, que afirman que algunos de los impactos afectaron a las paredes exteriores de la casa, ubicada en mitad de la parcela y muy distante de la puerta exterior.

Sin embargo, los vecinos de la zona, que desconocían hasta ayer lo sucedido, afirman haber escuchado "seis o siete" detonaciones, "muy seguidas" en la noche del lunes, alrededor de las 20.00 horas. Los vecinos salieron alertados, pero no vieron a nadie, ni escucharon ruidos de motor ni otros sonidos que delatasen la presencia de extraños.

"Pensamos que eran petardos que habían hecho explotar dentro de alguna caja metálica. Aquí estamos acostumbrados a escuchar tiros, porque es zona de caza, y no se parecía en nada a como suena una escopeta. Era como más seco y sordo", explica una persona que reside en el mismo paraje.

El ataque ha provocado un fuerte temor en la mujer y en los padres de Vicente V.C., que están incluso planteándose la posibilidad de solicitar protección al juzgado de Llíria que investiga la desaparición del presunto miembro de la banda del empresario saguntino Rafael Rubén N.C., responsable, según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, de la importación de al menos una tonelada y media de cocaína llegada en dos contenedores a los puertos de Valencia y Vigo.

La organización del saguntino, un gran aficionada a las motos náuticas y que incluso pretendía comprar un narcosubmarino para traer la mercancía directamente desde Suramérica sin intermediarios, fue desmantelada por la Udyco de la Policía Nacional en septiembre de 2009 en Valencia y Pontevedra.