La Guardia Civil de Castelló ha imputado a cinco vecinos de Vila-real por intentar comercializar la carne de toro de una novillada ilegal que tuvo lugar en una finca ganadera privada de la provincia, y a la que asistieron gente del mundo taurino de Castelló y Valencia, según las fuentes consultadas por este periódico. La Guardia Civil asegura que los acusados pretendían emplear los 1.800 kilos de carne en la preparación de eventos culinarios, sin ningún tipo de control sanitario ni trazabilidad alimentaria. Los detenidos, de entre 32 y 48 años, quedaron en libertad tras prestar declaración a la espera de juicio.
La operación "Tombet" se inició el pasado mes de septiembre por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Castelló, en el marco de las actuaciones preventivas en materia de sanidad animal que lleva a cabo en las explotaciones ganaderas, así como los controles preventivos del Plan contra sustracciones en explotaciones agrícolas y ganaderas.
En el transcurso de una inspección, los guardias civiles detectaron una novillada que se estaba realizando de manera ilegal en una finca privada, en la que se dio muerte a siete novillos, motivo por el que los agentes iniciaron las actuaciones administrativas pertinentes. Los agentes constataron que, una vez sacrificados, los novillos eran descuartizados y desollados en la misma finca, así como transportados los restos completos en un vehículo sin ningún requisito sanitario ni adopción de medidas higiénicas.
Los guardias civiles intervinieron más de 1.800 kilogramos de carne despiezada de novillos e inmovilizaron 155 ejemplares entre toros, becerros, vacas bravas, novillos y toros mansos, todos ellos a disposición de la Conselleria de Agricultura
