Un vecino de la pedanía valenciana de Castellar-l'Oliveral fue detenido y enviado ayer a prisión provisional por maltratar a su expareja con la que convivía. Según ha podido saber este diario de fuentes de toda solvencia, el arrestado obligó a la mujer a colocarse de rodillas y con los brazos en alto durante una hora mientras le amenazaba con un cuchillo, tras enterarse de que la víctima estaba comunicándose con otro hombre. Además posteriormente instó a la mujer a que efectuara una denuncia contra esa otra persona.

Los hechos sucedieron en una vivienda de la citada pedanía. Si bien ambos ya no mantenían su relación de pareja, seguían compartiendo piso, junto a dos hijos, de 11 y 13 años.

Al parecer el motivo de que siguiera en la casa se debe a que el supuesto agresor no contaba con un empleo. Así, el ahora preso se enteró de que la víctima había comenzado una relación con otro hombre, con el cuál se comunicaba por Internet.

Como consecuencia le recriminó esta situación y obligó a su expareja a colocarse de rodillas y con los brazos en cruz mientras la amenazaba con un arma blanca. Según las fuentes consultadas por este diario, el presunto agresor le amenazó diciendo que si movía le atacaría. La mujer estuvo en esa posición durante una hora, en la que tuvo que soportar insultos de todo tipo y cortes en el cuello. Asimismo, uno de los menores tuvo que presenciar parte de la agresión.

Castigo como venganza

No satisfecho con ello, el agresor le dijo a la mujer que cada día recibiría un castigo. El próximo consistía en que la mujer debía denunciar al hombre con el que contactaba, por un falso delito de violación. Finalmente la víctima denunció estos hecho por lo que el agresor fue detenido el viernes. Ayer pasó a disposición judicial por el juzgado de violencia de género número tres, que decretó prisión provisional por los cargos de amenazas, lesiones y maltrato habitual.