Un niño de sólo 22 meses de edad falleció ayer al caer accidentalmente a la piscina del chalé de sus padres, situado en una urbanización de Llíria, mientras se encontraba bajo el cuidado de su madre. El pequeño Aitor se precipitó al agua en circunstancias que se desconocen y fue rescatado por su tio abuelo que intentó reanimarlo. No obstante, el niño presentaba ya graves síntomas de ahogamiento. Así, una ambulancia del SAMU lo trasladó a un hospital de Valencia donde finalmente murió.

Este trágico suceso se produjo ayer al mediodía en una piscina privada de la urbanización Monte Jarque de Llíria. Con esta muerte ya son cinco los menores que han perdido la vida ahogados en piscinas de la Comunitat Valenciana en los últimos cinco meses, cifra realmente preocupante en comparación con años anteriores y que pone de relieve el peligro que suponen pequeños despistes con niños si hay cerca una piscina.

En este caso en concreto el menor cayó de forma accidental a la piscina, que estaba llena pese a que las fechas ya no son propias para el baño. Al parecer, el menor se precipitó y cuando su madre, que estaba cuidándolo, se percató de ello ya era demasiado tarde.

Cuando la Policía Local de Llíria llegó al lugar este familiar del pequeño ya lo había sacado del agua e intentaba sin éxito reanimarlo. Los agentes lo subieron en el coche patrulla y lo llevaron rápidamente al ambulatorio del municipio para tratar de estabilizarlo. Allí acudió a su vez la ambulancia del SAMU, que trasladó al menor al Hospital La Fe de Valencia, aunque ya no presentaba apenas signos vitales. Al poco de llegar al centro hospitalario y tras un último intento por recuperarlo, el pequeño falleció.