Los botes de plaguicida que en diciembre pasado mataron a tres miembros de una misma familia en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) no cumplieron la cadena de custodia en su reciclaje. La juez de Instrucción 2 de Alcalá de Guadaíra interrogó ayer a tres imputados: el representante legal de la empresa de gestión de residuos Alansu, que debía reciclar los envases de plaguicida, el de la chatarrería Reciclados Nivel, que se los compró, y un empleado de esta última empresa.

Según fuentes jurídicas, las declaraciones han demostrado que fallaron los mecanismos de control y que se rompió la cadena de custodia, pues en lugar de desintoxicar los envases de plaguicida o eliminarlos a través de un gestor final autorizado, Alansu se los vendió al peso a la chatarrería.

Reciclados Nivel pagó 308 euros por mil kilos de envases que creía que eran de aluminio y de los que desconocía que eran tóxicos o que estuvieran contaminados, según la declaración de su empleado Pedro G. C.

El chatarrero, a su vez, entregó los tapones de los envases aún con restos de polvo al padre de la familia Caño Bautista, que los almacenó en su cuarto de baño para, a su vez, venderlos al peso. Al parecer, el chatarrero se los dio como pago a otros efectos que él le había llevado y que había recogido en la calle.

Al contacto con la humedad del aseo, el contenido en fosfuro de aluminio se transformó en fosfina, un gas muy letal por inhalación que el pasado 14 de diciembre causó la muerte a los padres y a su hija de 14 años en su vivienda de Alcalá de Guadaíra. La única que se salvó fue la hija menor del matrimonio, de 13 años, gracias a que en el momento en que se produjo el gas tóxico no estaba en casa, aunque sí llegó a estar ingresada en el hospital de manera preventiva.

Inicialmente, se habían atribuido las muertes a una íntoxicación alimentaria, pero los primeros análisis de los tejidos de las víctimas obligaron a refutar esa idea.

La juez ha imputado tres presuntos delitos de homicidio por imprudencia en concurso con otro contra el medio ambiente a los acusados, que han quedado libres sin medidas cautelares. AL parecer, ni siquiera mantenían relaciones comerciales habituales y la venta de esos envases fue un hecho casual y aislado.