Destrozada por la fatídica experiencia que le ha tocado vivir. Así se encuentra anímicamente Rosana Bisbal, la mujer de Llombai que fue apuñalada el pasado domingo presuntamente a manos de su marido, Francisco Javier B., en la localidad ribereña de Catadau.

Este periódico pudo contactar ayer con la madre de la víctima, que ya se encuentra en planta en el Hospital de la Ribera tras pasar unos días en la UCI y ser intervenida quirúrgicamente. La progenitora aseguró que la joven de 31 años se encuentra muy afectada por lo sucedido y «sin ánimos de nada».

En un tono notablemente afligido, la madre comentó que la familia pasa por uno de sus peores momentos ante la inesperada agresión. «Estamos muy disgustados, esto ha sido muy duro», admitió.

Por lo que respecta al estado de salud de Rosana, ésta evoluciona favorablemente dentro de la gravedad de las heridas el supuesto agresor le asestó nueve puñaladas que estuvieron a punto de costarle la vida. No obstante, y pese a que «va a mejor, está un poco mareada», explicó la familiar. Si la recuperación sigue el camino previsto por los médicos, los allegados de la mujer estiman que la semana que viene podría recibir el alta hospitalaria.

Sorpresa en Catadau

En Catadau, localidad donde residía la pareja junto a sus dos hijas pequeñas y de la que es natural el presunto autor de la agresión, el vecindario todavía no sale de su asombro. «No nos lo explicamos, porque era muy tranquilo, no le gustaba salir de fiesta ni era conocido por ser conflictivo, todo lo contrario», apuntaban. Estas mismas voces explican que pese a tener hecha una ingeniería, actualmente estaba trabajando de camionero por lo que no se le veía por el pueblo».