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Hechos ocurridos en 2012

Piden 4 años a un vendedor ambulante que empujó a un anciano en una persecución

José Quilez, de 90 años, murió a los pocos días pero los forenses no ven una causalidad con la caída

Piden 4 años a un vendedor ambulante que empujó a un anciano en una persecución

José Quilez, de 90 años, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por rotura de cadera tras ser empujado presuntamente por un vendedor ambulante que huía de la policía en el mercadillo de Castilla de Valencia el 3 de octubre de 2012. Veinte días después de su hospitalización, y tras ser dado de alta, el anciano murió de una parada cardiorrespiratoria debido a que, según sus familiares, la operación lo dejó muy debilitado. Ahora, el joven de nacionalidad guineana que supuestamente lo empujó durante la persecución policial se enfrenta a una posible pena de tres años de prisión por un delito de lesiones y a un año y diez meses más por el delito de resistencia a la autoridad en concurso con otro de lesiones, ya que una de las agentes que lo perseguían resultó también herida.

Durante el juicio, que se celebró el pasado jueves en el Juzgado de lo Penal número doce de Valencia, el acusado explicó que simplemente se encontraba vendiendo unas fundas de teléfono móvil en el citado mercadillo y que al ver llegar a la policía salió corriendo para que no le intervinieran la mercancía, pues es su única fuente de ingresos para poder comer. Según manifestó ante el juez, no recuerda que chocara con nadie y mucho menos que tuviera la intención de empujar a un pobre anciano.

Este periódico pudo hablar con el nonagenario en el hospital días antes de su fallecimiento y el propio perjudicado apuntó: «Fue todo muy rápido, creo que tropezó conmigo». Pese a ello el Ministerio Fiscal solicita para el acusado una pena de tres años de prisión por un delito de lesiones y un año y diez meses de cárcel por la resistencia a la autoridad en concurso con otro delito de lesiones a una policía.

Varios agentes de la Policía Local de Valencia que participaron en la intervención, entre ellos la agente que resultó herida, reconocieron en el juicio que el «mantero» no tenía intención de hacerle daño al anciano. Respecto a su posterior muerte, días después de ser intervenido quirúrgicamente, los médicos forenses sostuvieron en la vista que no existe una relación de causalidad demostrable entre la rotura de cadera, que sufrió tras ser presuntamente empujado, y el fallecimiento del anciano.

La defensa del vendedor ambulante acusado pide su libre absolución o que en caso de ser condenado se rebaje lo ocurrido a una falta de lesiones imprudentes y otra de desobediencia.

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