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Droga

Un empresario de Ontinyent halla 320 kilos de cocaína entre su mercancía

La droga, enviada como gancho perdido, entró por el puerto en dos contenedores con bobinas de tela

Un premio inesperado. Eso fue lo que encontraron ayer los trabajadores de una empresa textil de Ontinyent que se toparon con 320 kilos de cocaína oculta en varias mochilas dentro de dos contenedores que la firma acababa de recibir procedentes de Suramérica. La droga, cuyo valor de mercado al por mayor supera los diez millones y medio de euros, pasó por el puerto de Valencia sin que ninguno de los grupos especializados en sacar los ganchos perdidos tuviera tiempo de recuperar la droga antes de que la mercancía legal -bobinas de tela- llegase a su destino. De momento, no hay detenidos.

La cocaína, distribuida en doce bolsas de deporte grandes, fue encontrada por los empleados cuando abrieron las puertas de dos contenedores que acababan de llegar a sus instalaciones a bordo de sendos camiones que habían cargado la mercancía en el puerto de Valencia.

Al parecer, la firma importa asiduamente en un país de Suramérica tela para triturar y convertir en relleno de almohadones y otros productos, lo que la convierte en un objetivo goloso para los narcos que envían su cocaína mediante el sistema del gancho perdido, esto es, camuflando la droga en mochilas que colocan junto con la carga legal de una empresa ajena a esa acción, como es el caso.

Las bolsas con droga son introducidas o bien en el puerto de origen o en uno intermedio, habitualmente Panamá. De hecho, la mercancía comprada por la empresa de Ontinyent pasó por ese puerto, por lo que es altamente probable que fuese allí donde le colaron la cocaína.

Lo que sucede normalmente es que el destinatario de la droga contrata los servicios de alguno de los grupos especializados en recuperar los ganchos perdidos del interior del puerto, por lo que, salvo que la Guardia Civil o Aduanas localicen las mochilas durante alguna de las revisiones preventivas que se realizan sobre miles de contenedores al cabo del año, la cocaína es sacada antes de que llegue a manos del dueño de la carga legal.

En esta ocasión, sin embargo, ni los narcos la recuperaron a tiempo, ni fue detectada con los filtros de control habituales, por lo que la peculiar «sobrecarga» siguió viajando con la mercancía legal hasta llegar a la nave industrial del importador, que avisó de inmediato a la Guardia Civil. Agentes de ese cuerpo ya se han hecho cargo del estupefaciente, que ha sido puesto a buen recaudo.

Lo peculiar en esta ocasión, además, es que los delincuentes hayan utilizado dos contenedores de una misma empresa para camuflar su cocaína „uno de ellos llevaba 190 kilos y el otro, 130„. Habitualmente, los narcos camuflan varios ganchos perdidos en contenedores de diferentes empresas para minimizar el riesgo de perderla. Es más, ni siquiera suelen utilizar el mismo barco por esa misma razón, lo que convierte el hallazgo de ayer en algo absolutamente inusual.

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