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Tribunales

Ingresa en Picassent la conductora que mató a dos jóvenes en Blasco Ibáñez

La joven eligió el centro penitenciario más próximo a su domicilio, donde se presentó a las 20.00 horas del lunes, tras agotar todos los recursos posibles

Blanca, en una imagen de archivo.

La conductora que provocó la muerte de dos jóvenes en la avenida Blasco Ibáñez de Valencia, Blanca Gieure Sastre, tras saltarse varios semáforos en rojo y circular a 94,35 kilómetros por hora el 16 de noviembre de 2010, ingresó el pasado lunes en la cárcel, tras agotar todos los recursos judiciales presentados para eludir el ingreso en prisión.

La joven eligió el centro penitenciario de Picassent, el más cercano a su domicilio habitual, donde ingresó alrededor de las 20.00 horas del pasado lunes. «La familia estamos muy mal», aseguró el padre de la joven, Javier Gieure, tras confirmar a Levante-EMV el ingreso en prisión de su hija. Blanca deberá cumplir la pena de tres años de cárcel por un delito de seguridad vial en concurso con dos delitos de homicidio por imprudencia grave, y por un delito de lesiones por imprudencia grave (por un tercer herido que hubo en el siniestro), impuesta por el Juzgado de lo Penal número 7 de Valencia. La Audiencia de Valencia ratificó la condena y dio por probados los hechos.

Las familias de las dos víctimas mortales del fatal accidente mostraron su satisfacción porque «por fin se ha hecho justicia». La conductora aún tiene pendiente de resolución la petición de un indulto que presentó al Gobierno. Un amigo de los dos fallecidos, David Gaspar y Esperanza Montero, inició una recogida de firmas a través de la web Change.org que ha logrado un total de 14.867 firmantes. «Ella está recogiendo firmas para no ir a la cárcel; yo quiero recoger firmas para que sí vaya y pague por lo que hizo. Esperanza y David murieron por su imprudencia. El conductor que sobrevivió tendrá secuelas de por vida. A ellos no los indulta nadie», asegura el amigo de los dos jóvenes fallecidos.

En la sentencia que la condenó, la magistrada dedicó un apartado a la actitud de la joven, en la que le afeaba que, pese al tiempo transcurrido, «ha mostrado una absoluta falta de empatía hacia las familias de las víctimas», ya que «ni por sí misma ni a través de una tercera persona ha manifestado sus condolencias a los padres y hermanas de los fallecidos». La jueza añadió en el auto que «la acusada solo podía decir que su padre había hablado con ellos [los familiares de las víctimas] sin mayor concreción ni en cuanto a las personas con las que habló ni en cuanto a lo que su padre pudo decir, y desde luego no supone una manifestación personal de pesar por lo ocurrido».

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