Asegura que no se encontraba en estado ebrio y dice que no se acuerda de nada de lo ocurrido con su amigo Ángel, un vecino de Mutxamel de 62 años que falleció el pasado martes tras ser atropellado varias veces por un vehículo todoterreno en una calle de la urbanización Río Park, en Alicante, según informaron a este diario fuentes cercanas al caso.

El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de San Vicente, en funciones de guardia, acordó el jueves el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, del conductor detenido inicialmente por homicidio.

La acusación particular, que ejerce en nombre de la familia de la víctima el abogado Miguel Ángel Garijo, ya ha alegado sin embargo que se instruya la causa por un delito de asesinato porque hubo, a su juicio, alevosía y ensañamiento.

El acusado del atropello mortal ha declarado que después de salir del bar se subieron los dos a su coche y comenzaron a discutir porque la víctima quería que le llevara a su domicilio y él se negó a ello, por lo que se bajó del vehículo sin que recordara el resto de lo sucedido.

Lo ató por el cuello para llevárselo

Por contra, los testigos del suceso que han comparecido ante la Guardia Civil han declarado que el conductor atropelló tres o cuatro veces a la víctima. Asimismo, una chica que acudió a socorrer al hombre después de que le atropellara la primera vez casi se convierte en otra víctima, ya que tuvo que apartarse para no ser arrollada.

Aunque entre vecinos de Río Park se comentó al día siguiente que tras atropellarlo le enganchó el cinturón de seguridad y lo arrastró, lo cierto que es que el detenido, tras atropellar varias veces a su amigo, presuntamente le enganchó la correa del fallecido en su cuello e intentó cargar el cuerpo en su vehículo para llevárselo.

Sin embargo, al final optó por huir del lugar ante la presencia de testigos, pero la escapada no duró mucho tiempo porque fue detenido no muy lejos del lugar por agentes de una patrulla de la Policía Local de Mutxamel.

El detenido también ha sido acusado de un delito contra la seguridad vial porque se le intentó hacer la prueba de alcoholemia, sopló varias veces sin llegar a la continuidad necesaria para obtener un resultado válido de la prueba y tras ser advertido por los agentes de que su actitud estaba entorpeciendo la acción policial, se consideró como una negativa del conductor a someterse al test.