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El escaque como medicina

Jaque a la muerte tras 24 días en la UCI

"Nadie apostaba por mi recuperación y aquí estoy, jugando al ajedrez", asegura Julián Borisov, que tenía los pulmones reventados por una caída desde diez metros de altura

Jaque a la muerte tras 24 días en la UCI

A sus 25 años Julián Borisov, de origen ruso pero afincado en Valencia desde pequeño, ha ganado numerosos torneos de ajedrez, deporte de inteligencia en el que se mueve como «Reina» por tablero desde los trece años. Sin embargo, hace un mes el joven se encontraba a punto de perder la partida de su vida. Una caída accidental desde unos diez metros de altura cuando trataba de acceder al cuarto piso de una finca de Valencia, a la que se había encaramado para entrar en el apartamento de unos amigos que habían olvidado las llaves dentro, lo dejó en situación de «jaque».

«Los médicos decían que seguramente no sobreviviría. No sabían qué decir a mi favor. Nadie apostaba por mi recuperación y aquí estoy, jugando al ajedrez», reconoce Julián mientras mueve ficha tras permanecer 24 días en la Unidad de Reanimación del Hospital Clínico de Valencia. De hecho, durante el mes que ha estado hospitalizado el joven permaneció dos semanas en situación de coma inducido debido a la gravedad de las lesiones que presentaba y debía contar con respiración asistida porque tenía «los dos pulmones reventados».

Traductor y de la tuna

Julián atribuye su milagrosa recuperación en tan poco tiempo a sus dos grandes pasiones; la música y el ajedrez. «Estamos alucinados con su mejoría, tan pronto como lo pasaron a planta ya estaba jugando al ajedrez y tocando la guitarra», añade un amigo de éste. El joven compagina su trabajo como traductor -ha traducido varios libros sobre el arte del ajedrez- con su labor como miembro de la Tuna de Ciencias de Valencia.

«El mismo día que desperté del coma mis amigos me trajeron un tablero e intenté jugar unos minutos para ejercitar la mente», explica Julián, quien entiende que dicho deporte «mejora el conocimiento» y le ha ayudado poco a poco a recuperarse en tiempo record. «Un día jugaba diez minutos, al siguiente un poco más y ahora ya está jugando partidas enteras como si no le hubiera pasado nada», relata un compañero de la escuela de ajedrez Zugzwang.

«Cuando me desperté en el hospital no sabía ni donde estaba, no era consciente de lo que había pasado y me vi ahí atado a la cama y rodeado de máquinas», relata sus sensaciones al salir del coma. El accidente, del que informó en exclusiva Levante-EMV, se produjo el pasado 14 de marzo de madrugada cuando el joven trepaba por una fachada de la avenida Blasco Ibáñez de Valencia. «Sé que caí de espaldas porque me lo han contado pero yo no recuerdo nada», añade sin llegar a concretar cómo se le ocurrió escalar la fachada para entrar en el piso de sus amigos, que olvidaron las llaves dentro, sin avisar antes a los bomberos.

Como secuelas de su jugada más arriesgada hasta la fecha le quedan una cadera rota y sujeta por dos hierros, pérdida de visión en el ojo izquierdo, un agujero en la tráquea que le hicieron para poder respirar, así como los 15 kilos de peso que perdió en apenas un mes. Simples peones en la gran partida de la vida.

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