Palma, Valencia o Tarragona. Los técnicos de Salvamento Marítimo manejaban estos tres posibles puertos como destino final del «Sorrento», el ferry de Trasmediterránea que quedó totalmente destruido por un gran incendio el martes. El fuego quedó sofocado ayer, y los especialistas lograron acceder a la cubierta y colocar los cables para que fuera remolcado. Todo estaba listo desde las siete de la tarde, pero los responsables del operativo examinaron detenidamente el estado del buque antes de decidir a qué puerto se dirigía. Palma es el más cercano, mientras que Valencia cuenta con mejores infraestructuras. También sopesaban el de Tarragona, más lejano todavía, pero con instalaciones más adecuadas por la arraigada industria química.

A las cuatro y media de la tarde de ayer tres técnicos de Salvamento se descolgaron desde un helicóptero sobre la cubierta del Sorrento. Del interior del barco salían todavía algunas columnas de humo, y aún pueden pasar horas hasta que el fuego quede definitivamente extinguido, pero la situación se consideraba controlada. En este ambiente sofocante, con temperaturas todavía altísimas, los especialistas comenzaron las labores para enganchar los cables que servirán para remolcar la nave. Estos trabajos quedaron listos a las siete de la tarde. Ayer no había evidencias de que se hubiera producido un vertido contaminante en la zona, y evitarlo es una de las prioridades de los equipos de emergencia.

Proseguía así un impresionante operativo de emergencia en el que habían participado cinco embarcaciones y dos helicópteros de Salvamento Marítimo y de la Guardia Civil. La evacuación de las 156 personas que viajaban a bordo se llevó a cabo con éxito el martes por la tarde -pese a las críticas de los afectados, que se quejaron del mal funcionamiento de los botes salvavidas-.

Finalmente, solo fueron hospitalizadas cinco personas con lesiones leves, por lo que recibieron el alta esa misma noche. La prioridad pasó a ser la extinción del fuego que devoraba la nave, de 186 metros de eslora, y evitar que se vertieran al mar parte de los 750 toneladas de combustible y aceite de sus depósitos.

Durante la madrugada de ayer permanecieron en la zona las embarcaciones de Salvamento «Marta Mata» y «Guardamar Calíope» -desplazada desde Valencia-, trabajando en las labores de extinción con el apoyo de la lancha de salvamento «Salvamar Acrux» y las patrulleras de la Guardia Civil «Cervantes» y «Sa Costera».

También viajaba hacia la zona a última hora de ayer desde Gibraltar el «Clara Campoamor», el buque insignia de Salvamento Marítimo.

Estas embarcaciones rociaron el ferry con líquidos especiales „denominados espumógenos„ hasta que consiguieron sofocar las llamas. Las imágenes tomadas por la Guardia Civil ayer por la mañana mostraban un panorama muy distinto del día anterior. La columna que se elevaba sobre la nave era más tenue y, conforme avanzaron los trabajos de extinción durante el día de ayer, se fue disipando.

Mientras, en la zona permanecían a la espera dos remolcadores, uno de Salvamento y otro contratado por la empresa propietaria. El dilema que se le planteó a los técnicos era determinar a qué puerto sería conducido el ferry. Inicialmente todo parecía apuntar a que su destino sería el de Palma, distante apenas 35 millas. Sin embargo, a lo largo de la tarde cobró fuerza la idea de conducirlo hasta el puerto de Valencia, con unas instalaciones más adecuadas para vaciar los depósitos de combustible de forma segura. También se contemplaba la posibilidad de llevarlo a Tarragona, con mejores medios pero aún más lejano.

Todo dependerá de la valoración de los técnicos sobre el estado en el que ha quedado la nave, y si se encuentra en condiciones de afrontar la travesía hasta la costa levantina.

Las condiciones del mar ayer no eran malas, con una ligera marejada y vientos de fuerza tres. Pese al violento incendio sufrido, la embarcación solo parece ligeramente escorada a babor y no aparenta daños estructurales.