Una broma para sorprender a un joven que cumplía años supuso el pasado sábado un auténtico quebradero de cabeza para la Policía Nacional, que durante más de doce horas creyó estarse enfrentando a un secuestro entre mafiosos. Sucedió en Sagunt, en una céntrica calle del casco urbano, a las doce del mediodía del pasado sábado.
Tres hombres jóvenes y a cara descubierta asaltaron por la espalda a otro que caminaba por la acera. En apenas unos segundos, le cubrieron con una manta y lo inmovilizaron precintando su cuerpo con cinta americana. A golpes y empujones lo introdujeron por la fuerza en un coche estacionado al lado, mientras la supuesta víctima, que desconocía el plan, trataba de resistirse.
La escena fue presenciada por un testigo de excepción, un agente jubilado del Cuerpo Nacional de Policía, que dio enseguida la voz de alarma y aportó numerosos datos de los presuntos secuestradores, incluida la placa de matrícula del vehículo utilizado en la huida.
Activación del protocolo
La «profesionalidad» con que actuaron los jóvenes y el hecho de que el testigo fuese completamente fiable hicieron que tanto la comisaría de Sagunt como la Jefatura Superior de Policía de Valencia activasen de inmediato el protocolo establecido para secuestros. Además, la apariencia de lo sucedido hacia presagiar un posible ajuste entre mafiosos, por lo que se llegó a temer incluso por la vida de la víctima.
Durante casi doce horas, la policía rastreó la zona en busca de pruebas y grabaciones de cámaras de seguridad, como es habitual. Además, fueron alertadas el resto de patrullas para que intentasen localizar el vehículo de los «captores».
Finalmente, los agentes lograron averiguar la identidad de la víctima y así supieron que se había tratado de una suerte de broma ideada por sus amigos para llevárselo a una fiesta sorpresa por su cumpleaños, que le habían preparado en un municipio próximo a Sagunt, con capea incluida.
El joven fue interrogado el domingo por la mañana en la comisaría de Sagunt y corroboró punto por punto que se había tratado de una broma de sus amigos.
Al parecer, no se trata de un hecho demasiado inusual, ya que con cierta frecuencia se incluyen los «secuestros» en los menús que los jóvenes diseñan para las fiestas de sus amigos, principalmente cuando se trata de despedir la soltería, aunque lo normal es que esas acciones o bien pasen desapercibidas, o bien están rodeadas de menos dramatismo, por lo que los testigos no se lo toman en serio ni alertan a las fuerzas de seguridad.
