Las enfermeras estuvieron arrancándole con pinzas los aguijones que tenía clavados en el rostro, la cabeza y las manos durante hora y media. Un avilesino de 85 años, Julián Perancho Sánchez, fue ingresado en estado grave en el Hospital Virgen de la Vega de Salamanca tras ser encontrado anteayer, sábado, en la localidad de Serradilla del Arroyo con el cuerpo desfigurado por la picadura de más de 700 de abejas, según confirmó su hija Balbina. "No sé cómo está vivo. Tiene los ojos tan hinchados que no puede abrirlos y las manos como botes", lamentó la mujer. Las desgracias no vienen nunca solas. Hace sólo una semana que falleció la esposa del hombre, Josefa Martín, semanas después de sufrir un ictus.

"Mi padre va evolucionando bien, aunque hay que esperar a que vaya eliminando todo el veneno. Le cuesta más, porque sufre un poco de insuficiencia renal. Y también le están vigilando el efecto del veneno en el hígado", aseguró Balbina Perancho.

El hombre había salido a pasear a las nueve de la mañana por La Serrana, en los alrededores del pueblo, en el que hay instaladas unas cinco mil colmenas. "Según él, las abejas empezaron a atacarlo y él trató de escapar. Eran las cuatro de la tarde y no había vuelto a comer. Cuando me puse a buscarlo ya lo habían encontrado tirado en un riachuelo, junto al puente de Las Suertes", relató la hija de Julián.

Un chatarrero que pasó por el puente vio al hombre inconsciente y dio la voz de alarma. "Cuando la gente se acercó no lo reconocían de lo desfigurada que tenía la cara. Pero él pudo hablar y les dijo que vivía en el pueblo", aseguró Merlinda González, dueña de uno de los bares de Serradilla. "Imagino que trató de refrescarse en el agua, por la quemazón", añadió la hija del infortunado. "Le sacaron decenas de aguijones que tenía clavados por todo el cuerpo y cuando le quitaban la ropa no dejaban de salir abejas", dijo uno de los vecinos que acudieron a socorrerlo.