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Tres encapuchados armados con pistola asaltan una oficina bancaria en Foios

Una mujer que paseaba a su nieto y la cajera tuvieron que ser atendidas de sendas crisis de ansiedad tras el asalto

Tres hombres encapuchados y armados con una pistola, según los testigos, asaltaron a primera hora de la mañana de ayer una de las tres sucursales bancarias existentes en Foios, y escaparon con un botín «abultado», según las fuentes consultadas por Levante-EMV.

El asalto, que provocó una honda conmoción en este tranquilo municipio de l'Horta Nord, fue cometido sobre las 8.40 horas. Uno de los asaltantes se quedó sentado al volante de su coche, un Honda Civic de color gris, según los testigos, aparcado frente al cajero automático de la sucursal de Bankia.

Sus compinches, con los rostros cubiertos con pasamontañas, entraron en el banco y empezaron a gritar demandando el dinero de caja al tiempo que amenazaban a una de las empleadas con el arma que portaba uno de ellos.

Instantes después, salieron corriendo del banco con una mochila aparentemente llena de dinero en las manos y la pistola en alto. En ese momento, se toparon con una mujer mayor que paseaba por la acera con su nieto, un bebé de pocos meses, en un carrito. La mujer, aterrorizada con la visión, comenzó a gritar sin parar: «¡Socorro, socorro, socorro!».

La inesperada reacción de la mujer acabó por alterar los nervios de los atracadores, que acabaron metiéndose a toda velocidad en el coche donde les esperaba su compinche, después de unos instantes de vacilación a la puerta del banco.

«Parecía una película»

Los delincuentes escaparon en el coche hacia Vinalesa con un agudo chirrido de ruedas. Por fortuna, un testigo que se encontraba en las cercanías pudo tomar datos del vehículo, lo que, junto con las grabaciones de varias cámaras de seguridad, permite a la Guardia Civil comenzar a investigar la identidad de los atracadores.

«Fue todo muy rápido. Era como una película. La verdad es que nos hemos dado un buen susto», explica un vecino del municipio. La tensión sufrida por la cajera y la mujer que paseaba a su nieto fue tal, que ambas acabaron con una crisis de ansiedad y tuvieron que ser atendidas por el equipo médico de una ambulancia del SAMU enviada al lugar.

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