El presidente de Grupo Airbus, Fabrice Brégier, declaró ayer que el fallo que motivó el siniestro del A400M de hace tres semanas en Sevilla, y que dejó cuatro muertos y dos heridos, pudo estar en «los procedimientos de prueba del avión».

Antes de las declaraciones de Brégier, expertos de Airbus habían apuntado, tras examinar las cajas negras, que el siniestro no parecía estar relacionado con un «defecto estructural», y sí con «un grave problema en la calidad del ensamblaje final».

Sin embargo, el presidente de la compañía confirmó ayer ante los micrófonos de la emisora France Inter que el origen de la tragedia provendría, más bien, de una «debilidad en los procedimientos de prueba antes del vuelo de la aeronave», cuyo diseño, apuntó, «no está puesto en duda».

Brégier avisó de que, a partir de ahora, los responsables del A400M vigilarán «muy de cerca» todas esas cuestiones, y aseguró que «la seguridad de la tripulación y de los pasajeros era la prioridad número uno» para la empresa.

Al respecto, el sindicato CC OO rechazó ayer «frontalmente» las declaraciones del responsable de estrategia de Airbus Group, Marwan Lahoud, en las que apuntaba como causas del accidente fallos de montaje en la planta de Sevilla.

CC OO aseguró que es «absolutamente lamentable» que directivos de la multinacional «generen confusión y descrédito para la propia compañía, así como un enorme malestar en el conjunto de los trabajadores, profundamente afectados por el proceso que están viviendo».

El sindicato criticó que en un asunto «tan grave», un directivo «se dedique a realizar especulaciones orientadas a infundir sospechas de una forma generalizada y culpando con ello a toda una planta».