El cadáver de un hombre ha permanecido casi ocho años dentro de un armario, en lo que fue su casa, en Sarria (Lugo) sin que nadie se haya percatado. Todo apunta a que el hombre se metió en el armario para quitarse la vida y que nadie inspeccionó la casa cuando lo dieron por desaparecido. Al parecer, apenas tenía familiares, lo que explica la tardanza en hallar sus restos mortales.

El esqueleto fue encontrado esta semana, cuando una familia rumana acudió a la casa, abandonada desde hace años, para limpiarla y ordenarla después de que la propietaria les permitiera entrar a vivir en el inmueble, ubicado en la calle Porvir, en el barrio de Lázaro, en el centro de Sarria.

Al abrir uno de los armarios, hallaron huesos humanos y una bombona de butano con la espita abierta a su lado, lo que refrenda que el hombre se suicidó inhalando gas y que lo hizo encerrado para acelerar el proceso al tratarse de un espacio muy pequeño.

El informe de la autopsia preliminar data en 2007 la muerte, lo que coincide con la época en la que el hombre, que tenía unos 40 años entonces, dejó e ser visto por sus vecinos, según recuerdan éstos.

El informe preliminar de la autopsia fue dado a conocer ayer por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que ha indicado que el hombre al que corresponde el cuerpo momificado está identificado.

Además, el juzgado ha confirmado que los datos obtenidos hasta el momento en relación con este fallecido indican que se trata de un suicidio.

Fuentes vecinales relataron que el hombre, procedente de Oural (Lugo), al que se cree corresponde el cadáver momificado residía solo porque tenía un hermano con una discapacidad psíquica ingresado en un centro, mientras que su madre estaba en una residencia de mayores de la localidad.

Como el hombre vivía solo y «viajaba fuera bastante», las fuentes consultadas han señalado que creían que «se había ido a Madrid hace años».