La banda desarticulada por la Policía Nacional en Valencia que se dedicaba a robar coches para despiezarlos o «maquillarlos» para su venta lograba sustraerlos después de hacerse con los mandos a distancia guardados en otros vehículos que no tenían sistemas de seguridad del mismo garaje.

Los datos recabados por la investigación demuestran que se trataba de una banda muy especializada que no dejaba nada para la improvisación.

Como publico en exclusiva Levante-EMV la semana pasada, los agentes de la policía detuvieron a cuatro hombres de nacionalidad española y una mujer uruguaya en Valencia, Alfarp, Alfafar, o Calicanto. Los agentes recuperaron seis vehículos completos, además de piezas de trece modelos diferentes. La banda, de la que formaban parte tres mecánicos de profesión, los reparaba o modificaba en un chalet que tenían alquilado en Calicanto.

Ayer trascendieron nuevos datos sobre esta operación que llevaba en marcha desde noviembre que muestran las habilidad de estos ladrones. La banda no buscaba un coche en la calle sin más. Todo lo contrario.

En primer lugar buscaban un garaje que contase con una entrada sencilla. Una vez dentro, no forzaban ni robaban el vehículo que escogían como objetivo, a poder ser de marca alemana. Lo que hacían era buscar otro turismo que no contase con un sistema de seguridad electrónico y que pudieran forzar facilmente y sin dejar rastro de su paso por allí. Tras abrirlo se hacían con el mando a distancia de la puerta del garaje que había guardado dentro.

Cambio de centralita y llaves

Días después, los ladrones volvían al lugar y tras acceder con el mando a distancia del garaje sustraían el coche. Para ello, cambiaban la centralita del coche por una que ellos portaban ya modificada y unas llaves con la codificación que la activase. Así arrancaban el vehículo y salían del garaje hacia el chalet de Calicanto.

Por el camino uno de los miembros del grupo conducía el coche y otro iba por delante a modo de «lanzadera» para poder detectar posibles controles policiales y así dar la voz de alarma a sus compañeros. Incluso dotaban al vehículo de documentación legal que habían conseguido de coches de la misma marca y modelo siniestrados para darles salida en el mercado.