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Agresión

Arrestada tras intentar matar al trabajador de un banco en Llíria

«Se reía mientras me clavaba el cuchillo en el cuello, parecía que estaba loca», relata la víctima

Rubén, el hombre acuchillado en el cuello, se recupera de sus lesiones en el Hospital de Llíria. i. cabanes

Una expresidiaria condenada por el asesinato de su marido en Dénia en el año 1996 trató ayer de cobrarse una nueva víctima mortal tras abordar en la calle, cuchillo en mano, a un hombre de 49 años, empleado en una sucursal bancaria de Llíria. La asesina, que fue arrestada apenas unos minutos después de la agresión, acuchilló en el cuello a su objetivo buscando seccionarle la carótida. De hecho de no ser por la rápida intervención de la policía y los servicios sanitarios el hombre habría muerto desangrado.

«Se reía mientras me clavaba el cuchillo en el cuello, parecía que estaba loca», relata el agredido, cuyo rostro todavía refleja el miedo de haber visto la muerte de cerca, tras ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital de Llíria. Respecto al móvil del intento de homicidio, Rubén asegura que no conoce a su agresora y apenas puede aportar que le suena su cara, pero que no cree que sea una clienta del banco. «En todos los años que llevo trabajando nunca he tenido problemas con ningún cliente», afirma el agredido, quien ha pasado por varias sucursales bancarias de Valencia y alrededores y apenas llevaba dos meses empleado en la de Llíria.

No obstante, la Guardia Civil mantiene abiertas varias líneas de investigación, entre ellas que se trate de una afectada por las preferentes, aunque fuentes del banco aseguraron a este periódico que la detenida no figuraba como clienta de la sucursal. Así, como posibles motivos personales.

Al cierre de esta edición se estaba a la espera de tomarle declaración a la detenida, quien permanecía custodiada por la Guardia Civil en el Hospital de Llíria, donde fue trasladada por una supuesta crisis de ansiedad. Su testimonio aclarará muchos de los interrogantes sobre los motivos que la llevaron a intentar matar a su víctima.

Una bolsa de cuchillos y un plano

Al parecer, la presunta agresora y condenada por un asesinato anterior había planeado su ataque. De hecho, su víctima se incorporaba precisamente ayer al trabajo tras sus vacaciones, hecho que debía de conocer ésta. Además, la mujer portaba una bolsa con diferentes armas blancas -cuchillos y cúter- y un plano con el camino que Rubén seguía desde la estación de tren de Llíria hasta la sucursal bancaria donde trabaja.

En torno a las 8.30 horas de ayer, cuando el hombre caminaba por la calle Juan Izquierdo, a la altura del cruce con la calle Reixuixena -donde se ocultaba su agresora-, «he notado que me daban unos golpes por detrás, pero ni pensaba que eran cuchilladas», explica Rubén. «Ha sido cuando me he girado y la he visto con el cuchillo en la mano cuando me he dado cuenta de que quería matarme». Su agresora le asestó hasta tres cuchilladas en el cuello y un corte en la oreja. Según reconocieron los facultativos al propio herido tras ser operado, de haber sido un hombre el agresor «ahora estaría muerto», ya que una de las cuchilladas no le alcanzó la carótida por un par de milímetros.

«Le conseguí quitar el cuchillo y salí corriendo calle abajo pero la gente, al verme ensangrentado y con un cuchillo en la mano, no querían ayudarme», argumenta Rubén. «¡Socorro, que me mata!», gritaba. Florín y Ricardo, dueño de una cafetería próxima, salieron en su auxilio y mientras el primero atendía al herido el otro retenía a la presunta agresora hasta la llegada de los motoristas de la Policía Local. «¡Suéltame, tú no sabes éste lo que me ha hecho!», le decía la detenida a este vecino. Un SAMU llevó al herido al Hospital de Llíria, y la rápida intervención quirúrgica, apenas unos minutos después de la agresión, evitó su muerte.

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