La decisión del equipo de gobierno de Serra de declarar luto oficial tras el suicidio de Marcos Cabo y no tras la muerte de Dolores Moya no ha sentado nada bien entre los familiares de la exedil de Esquerra Unida. Una de sus cuñadas se siente «indignada» por el trato del consistorio para con su familiar, sobre todo «después de no haber tenido la deferencia de dedicarle un minuto de silencio» a la fallecida.

«Mi cuñada fue asesinada, quemada viva por quien llevaba meses amenazándola», explicó a este periódico. Estas amenazas eran conocidas por hermanos y amigos, que así lo declararon a la policía judicial, añadió.

Los familiares de Dolores lamentan los comentarios de los vecinos que sostienen que Cabo era inocente (o al menos se muestran escépticos a pesar de la decisión judicial basada en los indicios recabados por la Guardia Civil) y los consideran «sonrojantes».

También critican que la mayoría de la información les llega por medio de la prensa, «sin que nadie se haya dignado avisar a la familia y tener esa delicadeza con hermanos y unos padres mayores que están destrozados».

Marcos y Dolores eran una pareja muy conocida en este municipio. Ella había sido concejala de Esquerra Unida, cargo que después ocupó su marido, de quien tenía intención de divorciarse tras las elecciones locales del pasado mes de mayo. En medio se encuentran los cuatro hijos del matrimonio, que acaban de quedar huérfanos de madre y padre. Los dos primeros son ya mayores de edad. Fuentes consultadas por este periódico señalaron que la custodia de los menores dependerá de una decisión judicial. De momento, unos tíos paternos de los pequeños son los que están haciéndose cargo de ellos.