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Investigación

El lavado gástrico a la filicida de Almàssera desmiente que tratara de quitarse la vida

La acusada de asfixiar a su hijo de cinco años alegó que se tomó 18 pastillas el día del asesinato

El lavado gástrico a la filicida de Almàssera desmiente que tratara de quitarse la vida

Odil M., la mujer que acabó con la vida de su propio hijo de cinco años asfixiándolo con un almohadón en Almàssera, mintió en su declaración ante la Guardia Civil cuando aseguró que ese día se tomó 18 pastillas para tratar de suicidarse y que fruto de ello no era consciente de sus actos. Así lo han demostrado los resultados del lavado gástrico que se le realizó a la acusada, quien se encuentra en prisión provisional desde finales de mayo. En dichas pruebas médicas no se halló rastro alguno del fármaco que supuestamente ingirió la presunta filicida, según ha podido saber Levante-EMV. Por el contrario, las pruebas toxicológicas realizadas al cadáver del pequeño sí que determinaron que la acusada administró a su hijo un narcótico para adormilarlo y llevar a cabo su horrendo crimen.

El caso que investiga el Juzgado de Instrucción número cuatro de Moncada ha pasado ya al Procedimiento de la Ley de Jurado e inicialmente el Ministerio Fiscal ha calificado los hechos como constitutivos de un delito de asesinato con el agravante de parentesco.

El crimen se produjo el pasado 23 de mayo en el domicilio familiar, situado en la calle Verge dels Desamparats de Almàssera. Esa mañana Rafael, pareja de la acusada y padre del niño, salió de casa y se marchó a trabajar dejando en la cama a su mujer y al niño durmiendo tranquilamente. Por causas que solo Odil conoce, ésta administró un fármaco al pequeño Alejandro para que no se despertara y, «estando éste desvanecido en la cama, le colocó un almohadón en la cara tapándole las vías respiratorias y presionó sobre él hasta causar el fallecimiento del menor por asfixia», según el relato de hechos de la Fiscalía.

A las 13.30 horas regresó al domicilio el padre del niño, quien encontró a su mujer tumbada en la cama con el cuerpo inerte del pequeño sobre ella. Rápidamente lo cogió en brazos y se lo llevó al centro de salud, aunque cuando llegó el menor ya estaba muerto.

En el momento de su detención Odil M. presentaba lesiones superficiales en el abdomen y en ambas muñecas. La defensa de la acusada sostiene que la mujer padece algún tipo de alteración psíquica que le impedía ser consciente de sus actos. No obstante, serán los informes de los médicos forenses los que determinarán si realmente sufre un trastorno mental.

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