La muerte por causas naturales de una finlandesa, de 51 años de edad, mientras se encontraba en una tienda de ropa de Torrevieja ha dado lugar a una investigación judicial motivada por la aparición posterior de un segundo cadáver que estaba oculto en casa de la fallecida, según publica el diario INFORMACIÓN. El cuerpo fue hallado tras una puerta precintada con cinta americana y sellada con silicona que resultó ser el cuarto de baño de la vivienda. El finado fue identificado como el padre de la mujer, un hombre nacido en 1936 en Finlandia.

Por ahora no ha trascendido cuándo falleció y en qué circunstancias, aunque el cuerpo presentaba un avanzado estado de descomposición y serán los forenses los que daten estos extremos. Sus tarjetas de crédito fueron halladas en el bolso que llevaba su hija cuando se desplomó tras sufrir un ataque respiratorio y se sospecha que ésta ocultó el fallecimiento para poder seguir viviendo con el dinero de su padre.

El hecho inicial que ha destapado este caso ocurrió en un establecimiento ubicado en Torrevieja. El trabajador de la tienda observó a una mujer que se encontraba sentada en un escalón de acceso al local y salió para interesarse por ella, viendo que se trataba de una clienta a la que conocía. La señora le comunicó que tenía problemas cardiacos, por lo que éste le ofreció que pasara al establecimiento y se sentara en una silla mientras llamaba a los servicios de emergencias. Pero antes de que llegara la ambulancia la mujer se desplomó, quedando inconsciente en el suelo. El médico del SAMU que la atendió poco después no pudo hacer nada para salvarle la vida y se decretó el fallecimiento.

Juego de llaves

Efectivos de la Guardia Civil que se personaron en el lugar en el que ocurrió el fallecimiento localizaron entre sus pertenencias un juego de llaves en los que se indicaba la dirección de una vivienda ubicada en la calle Ramón y Cajal, de Torrevieja, así como dos tarjetas bancarias a nombre de L. E. B. que, según reveló el trabajador de la tienda era el padre de la mujer, ya que los conocía por ser clientes del establecimiento.

Los agentes se personaron en el domicilio con el objetivo de localizar a algún familiar e informar de lo ocurrido. Pero nadie abrió la puerta y sólo se escuchaban ladridos de perros. Al día siguiente los agentes volvieron a la vivienda con el mismo objetivo y tampoco hubo respuesta, por lo que pocas horas después el juzgado de Guardia 4 de Torrevieja autorizó a los agentes a entrar a la vivienda con las llaves de las que disponían para poder recoger a los animales.

Al abrir la puerta los agentes se encontraron con hasta 19 gatos y un perro. La casa estaba muy deteriorada y presentaba una gran acumulación de basura. Los efectivos de la Guardia Civil se percataron de que una de las puertas estaba precintada con cinta americana y sellada con silicona, algo que les llamó la atención. Al acercarse percibieron que desprendía un fuerte olor a putrefacto.

Basura

En un primer momento pensaron que se podría deber al cúmulo de basura que se encontraba en el domicilio, sopesando también que podría haber algún animal muerto en el interior. Aunque al retirar el precinto lo que encontraron fue el cadáver de un hombre tirado en el suelo, boca abajo, y en avanzado estado de descomposición. Hasta el lugar se desplazaron servicios funerarios y el juez de guardia autorizó poco después el levantamiento del cadáver a la comisión judicial.

En la vivienda se encontraron los pasaportes de la hija que murió en la tienda de la calle Zoa y del padre que estaba oculto en el cuarto de baño. Hasta el momento se desconoce cuánto tiempo llevaba muerto y si, tal y como se sospecha, su hija ocultó el cadáver con este fin.